Ramón Carrasco Vargas, Marinés Colón González
Los recientes trabajos arqueológicos en la antigua ciudad maya de Calakmul arrojan trascendentales datos que respaldan la hipótesis acerca de que esta ciudad era la cabecera del reino de Kaan, el cual dominó la región de las Tierras Bajas mayas centrales desde el periodo Clásico.
A medida que avanzan las investigaciones en el área maya se reconoce la importancia de la antigua ciudad maya de Calakmul como uno de los centros rectores del periodo Clásico en las Tierras Bajas Mayas. Esta supremacía se hace evidente en las inscripciones elaboradas durante la primera mitad del Clásico Tardío, cuando Calakmul fue el principal centro del reino de Kaan.
Hasta antes de 520 d.C., cuando se menciona a Tuun K'ab' Hix, gobernante del reino de Kaan, no se tienen registros claros en Calakmul del glifo emblema de este reino. Sin embargo, factores como las dimensiones del sitio, la antigüedad de su arquitectura -indicio de una ocupación temprana, como la de los sitios de la cuenca de El Mirador, al norte de las Tierras Bajas Mayas- y las estelas con las fechas 435 d.C. (Estela 114) y 514 d.C. (Estela 43), a lo que se suma la pintura mural de este periodo, indican la existencia de una elite que tenía acceso a bienes de prestigio y hace evidente su presencia desde el Preclásico Medio en el arte y la arquitectura.
Las investigaciones de los últimos 12 años han respondido a los objetivos que ha mantenido el Proyecto Arqueológico Calakmul desde sus inicios y han aportado un corpus de información que enriquece sustancialmente el conocimiento sobre arquitectura, arte, epigrafía y ritos funerarios en la zona maya. Las más recientes exploraciones en el conjunto arquitectónico de la Gran Acrópolis y otros sectores, como la unidad habitacional Chan Chi'ich, han permitido corroborar un aspecto novedoso del ordenamiento urbano asociado a un sistema de organización política en que cada grupo familiar o de elite mantiene un estricto control del acceso a sus residencias.
Estructura XX
Este edificio servía para controlar el acceso al amplio espacio residencial de la Gran Acrópolis. Cuenta con una escalinata monumental en su fachada principal, la cual está orientada al este y flanqueada por dos edificios abovedados en los extremos norte y sur. En la parte superior, el edificio principal está compuesto por tres crujías en cuyos lados norte y sur se observan edificios anexos y cuartos adosados.
En esta compleja estructura se localizó un pequeño pasillo, orientado de este a oeste, que fue clausurado en el Clásico Terminal; está conformado por el lado norte de la primera crujía, que en un momento constructivo previo constituyó un acceso a ésta, y el muro posterior del Anexo Norte. En este pasillo se encontró una gran ofrenda formada por alrededor de 17 piezas cerámicas fragmentadas e incompletas, siete de las cuales son tambores bicromos y policromos de los tipos Tancachacal y Palmar Anaranjado, respectivamente (Sylvianne Boucher, comunicación personal 2005).
Como resultado de las exploraciones podemos decir que se trata de una estructura con una serie de modificaciones y elementos constructivos y decorativos no registrados en sitios de las Tierras Bajas mayas. La historia constructiva de la Estructura XX muestra por lo menos tres períodos, el último en el Clásico Terminal, que se caracteriza por un edificio de tres crujías con muros adosados que restringen el acceso al área residencial. A la segunda época, el Clásico Tardío, corresponde un edificio de dos crujías en cuya fachada, orientada al este, se ve un friso similar a las portadas zoomorfas parciales características de la región Río Bec. De esta decoración sólo se conservan, hacia el norte, restos de orejeras y ojos que originalmente estaban recubiertos de estuco, con el que se indicaban los detalles iconográficos de esta portada.
Corresponden a este periodo una serie de ofrendas dedicatorias o caches, más de diez hasta el momento, localizadas en el relleno constructivo asociado a la modificación de los restos arquitectónicos del Clásico Temprano. Estas ofrendas, típicas del Clásico Tardío, están integradas por elementos de origen marino como conchas de diferentes especies, fragmentos de coral, esponjas, espinas de mantarraya, además de jade y concha Spondylus pulverizados. En algunos casos estos materiales estaban acompañados por perlas, pequeñas figuras antropomorfas elaboradas en jade, concha Spondylus, pirita y hueso, todo lo cual se encontraba invariablemente entre dos platones de cerámica sin cocer unidos borde a borde.
Sobre el Clásico Temprano tenemos una visión fragmentaria, producto de la exploración que se encuentra en proceso por medio de pozos estratigráficos. Los datos que contamos hasta el momento indican la existencia de varios edificios que ocupaban este espacio de la Gran Acrópolis. El primer edificio se localizó en el sector sur y estaba formado por una doble crujía. En el segundo aposento de ésta se halló una cámara funeraria, de aproximadamente 2.50 m de largo por .50 m de ancho, en la que se deposito, sobre una parihuela de madera laqueada en verde y policromada, un individuo masculino de entre 35 y 50 años de edad, de cerca de 1.62 m de estatura, en posición decúbito dorsal extendido y posiblemente envuelto con un material flexible (Vera Tiesler, en Carrasco et al., 2005). El individuo estaba acompañado por una rica ofrenda cerámica con nueve piezas, entre ellas cajetes monocromos y policromos, con y sin tapadera, además de una fuente, correspondientes al Clásico Temprano (Sylvianne Boucher y Yoly Palomo, en Carrasco et al., 2005).
El sector oeste de este gran espacio estaba conformado por un patio rodeado por edificios, entre los cuales se encuentra un aposento situado al este. probablemente construido sobre un basamento de baja altura. Al sur de este aposento se localiza un edificio con un pórtico, una de cuyas columnas es de tipo pareado, que tiene profusa decoración policroma y una cornisa con un texto glífico aún no descifrado.
Durante la exploración de este edificio se recuperó gran cantidad de material cerámico policromo, principalmente del llamado estilo códice en sus variedades amarilla y crema; antes de los hallazgos en Calakmul, esta última variedad sólo se había registrado en sitios de la cuenca de El Mirador. En las exploraciones realizada:, en el patio sur de la Estructura XX se han localizado más de 600 fragmentos de cerámica estilo códice.
Ramón Carrasco Vargas. Arqueólogo por la ENAH y museógrafo por la Escuela Paul Coremans. Desde 1976 ha dirigido múltiples proyectos arqueológicos en el Centro y el Occidente de México, así como en la zona maya. A partir de 1993 es Director del Proyecto Arqueológico Calakmul.
Marinés Colon González. Maestra en arqueología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM. Colabora en el Proyecto Arqueológico Calakmul desde 2000 y actualmente está encargada de las labores de campo.
Carrasco Vargas, Ramón, Marinés Colon González ,“ El reino de Kaan y la antigua ciudad maya de Calakmul”, Arqueología Mexicana núm. 75, pp. 40-47.
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