Las estelas de Cobá se esculpieron en la época prehispánica, entre 500-780 d.C., que abarca los periodos Clásico Temprano y Clásico Tardío. Fueron descubiertas en diferentes momentos de la historia, lo cual implica su exposición a distintos grados de intemperización a lo largo del tiempo, por lo que los daños son variados.
La zona arqueológica de Cobá se localiza en la península de Yucatán, en Quintana Roo, municipio de Tulum. Es un lugar de grandes dimensiones, con la particularidad de que ahí se ha encontrado gran cantidad de monolitos esculpidos conocidos como estelas. Estas tienen representaciones, talladas en bajo relieve, de gobernantes, y glifos que indican fechas y acontecimientos importantes en la historia de la antigua ciudad maya. La abundancia de estelas indica que fueron un elemento fundamental en la expresión del poder y la ideología de la elite gobernante.
A lo largo de 2024, como parte del proyecto “Kob’a, una propuesta para su conservación e investigación. Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza)”, se llevó a cabo la intervención de la mayor parte de los bienes culturales inscritos en este sitio arqueológico. El área de conservación del Promeza Cobá se encargó de la restauración de 31 elementos, de los cuales 26 están hechos en piedra y, de estos, 23 son estelas.
En la elaboración de las estelas de Cobá se utilizó roca caliza sedimentaria, uno de cuyos principales componentes es el carbonato de calcio, de manera que son susceptibles al deterioro debido a su alta porosidad, lo que facilita la absorción de agua, sales y microorganismos. Dicha constitución las hace vulnerables a la disolución por ácidos, fracturación, huecos y disgregación, especialmente en entornos húmedos, como es el caso del contexto selvático.
Uno de los principales factores de daño es la presencia de microorganismos, como microalgas, hongos y líquenes, que generan manchas oscuras, lo que dificulta la visibilidad del relieve y el reconocimiento de las formas plasmadas.
También se ha identificado la presencia generalizada de endolitos, que son microorganismos que se observan como puntos, los cuales se insertan en la roca y, en algunos casos, utilizan los minerales de la misma en su proceso metabólico. Bajo observación microscópica, se pudo determinar que estos organismos generan microfracturas en la roca, comprometiendo su estabilidad estructural y propiciando su porosidad.
Se realizó un registro fotográfico general y detallado de los bienes intervenidos, incluidos estado de conservación, deterioros y características de la roca caliza. Asimismo, el equipo de fotogrametría llevó a cabo el registro tridimensional de las estelas, antes y después de la intervención, mediante tomas aéreas (dron) y terrestres (cámara), con el cual se generaron ortofotos y modelos tridimensionales.
Este tipo de registro es enriquecedor para los elementos de este tipo, ya que mediante el procesamiento del modelo 3D se puede resaltar la talla, lo que facilita la identificación de formas y detalles, especialmente en relieves deteriorados que no son visibles a simple vista.
En la portada del artículo vemos a) Ortofoto con procesamiento RVT de la Estela 4, antes de la intervención. b) Ortofoto con procesamiento RVT, posterior a la intervención. c) Esquema de deterioros presentes. Ortofotos: registro fotogramétrico, Francisco Luna; procesamiento, Salvador Medina Y Bryan López. Levantamiento de esquema de deterioros, Eunice Corazón Peralta.
Tomado de: Eunice Corazón Peralta de Dios et al. (2025) Cobá en relieve: conservación y estudio in situ de estelas, Arqueología mexicana, edición regular 192, pp. 87-92.