Xavier Noguez
En la segunda mitad del siglo XVII floreció la extraordinaria colección de documentos indígenas ilustrados llamados Techialoyan. Sin ellos, no se hubiera podido reconstruir parte de la importante historia de poblados agrícolas muy pequeños que no tuvieron mayor trascendencia política o social en la Colonia.
Por la época de su elaboración, su estilo, su tipo de escritura y sus formatos, los códices ahora llamados Techialoyan forman un grupo independiente –y muy homogéneo– del resto de las pictografías coloniales del centro de México. La identificación actual del conjunto proviene del Códice de San Antonio de la Isla, estado de México, población que antiguamente se llamaba Techialoyan. Federico Gómez de Orozco reportó y estudió con detalle el códice en 1948, designó otros parecidos con ese título, y añadió el nombre de la población de donde provenían. Más tarde otros estudiosos, como Robert H. Barlow y Martha y Donald Robertson, realizaron importantes contribuciones que culminaron en un primer censo de esos documentos, que fue publicado en 1975.
En la actualidad se tiene noticia de aproximadamente 55 códices Techialoyan (originales y copias), que se encuentran dispersos en archivos y repositorios públicos y privados. Los documentos proceden de pequeñas poblaciones localizadas en los estados de México, Hidalgo y Tlaxcala, así como de otras que existieron alguna vez en el territorio del actual Distrito Federal.
Características
Podríamos resumir sus características de la siguiente manera: a) los textos en lengua náhuatl, a veces de difícil lectura, son generalmente más largos al principio y más cortos y entreverados en la sección de ilustraciones; b) con excepción del Códice García Granados, las ilustraciones pintadas con acuarela son sencillas y fueron acomodadas en media hoja o en una hoja completa; c) el formato de libro europeo se usó en la mayoría de los ejemplares conocidos, aunque también se elaboraron rollos y paneles; d) los dibujos y textos se realizaron directamente sobre papel de amate, sin darle un tratamiento previo que permitiera una superficie más adecuada para la escritura y el dibujo; e) se usó un tipo de letra minúscula y desunida, bastante regular, cuyo tamaño es a veces algo desproporcionado.
Esta extraordinaria colección de documentos indígenas ilustrados surgió sin aparentes prototipos; floreció a partir de la segunda mitad del siglo XVII, y desapareció a principios del XVIII sin dejar una herencia de estilo o formato.
En un primer momento de estudio se consideró a los códices Techialoyan como un fenómeno del tlacuilolli (arte de pintar libros) colonial temprano, más o menos de mediados del siglo XVI. Esto se debió a una lectura prima facie de sus textos introductorios, donde se citaban los gobiernos de los dos primeros virreyes de la Nueva España (1535-1564).
Estudio, formato y contenido
El estudio de este grupo de manuscritos ha estado limitado por dos importantes factores: su dispersión y la falta de una metodología sencilla. Aunque la mayoría de los códices Techialoyan se conservan en México, un número importante de ellos se encuentra en los Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Alemania e Irlanda. Instituciones nacionales y extranjeras han contribuido a su conocimiento a través de publicaciones, algunas de ellas facsimilares, pero podemos afirmar que aún no poseemos el necesario corpus documental que nos ayude a resolver las interrogantes que aún perduran sobre estos códices tan fuera de serie.
Por otro lado, y como resultado de nuestro conocimiento aún fragmentario sobre ellos, todavía carecemos de una metodología clara y sencilla que atienda simultáneamente a su presentación formal, a sus contenidos y al contexto histórico de su elaboración. En un primer y útil estadio de investigación se enfatizó el análisis de los aspectos formales e iconográficos, con el objeto de definir aún más las características de su estilo. Recientes estudios han demostrado la extraordinaria riqueza, aún por conocer, de un complejo discurso agrario colonial indígena.
Con la excepción del Códice García Granados, las pictografías Techialoyan se consideran ahora como un subgrupo dentro de un corpus documental más amplio y complejo conocido como Títulos Primordiales, cuyo contenido hace referencia a concesiones territoriales a las comunidades indígenas. Los Títulos... conocidos presentan, por lo menos, dos grandes secciones: un antecedente histórico de la población y el registro catastral de las tierras corporativas que se reclaman. Sabemos que las autoridades españolas dieron posesión legal de tierras a algunos pueblos de indios, a partir de los gobiernos de los virreyes Antonio de Mendoza y Luis de Velasco padre.
Xavier Noguez. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense. Sus áreas de investigación son los estudios de códices del centro de México, la iconografía mexica prehispánica y el arte y la cultura indocristianos.
Noguez, Xavier, “Los códices del grupo Techialoyan”, Arqueología Mexicana núm. 38, pp. 38-44.
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