A la vez que Teotihuacan alcanza su apogeo y domina el Centro de México, en otras regiones surgen varias ciudades también de gran tamaño, como Cholula, Monte Albán y Tikal, en buena medida a consecuencia de un notable crecimiento demográfico. Por toda Mesoamérica, la cantidad de asentamientos –desde pequeños caseríos con unos cuantos habitantes hasta ciudades con varios kilómetros de extensión y decenas de miles de habitantes– alcanzó niveles sin precedente. Algunas de esas ciudades llegaron a tales dimensiones y complejidad que no sólo se convirtieron en los centros dominantes de sus regiones inmediatas, sino que establecieron diversos tipos de relaciones entre sí, las que lo mismo podían darse en el ámbito comercial que en el político. Es en ese entonces que el Norte fue colonizado por grupos procedentes del interior de Mesoamérica, los que aprovecharon una época de condiciones climáticas favorables.