La escultura ha sido mutilada con numerosos barrenos, los cuales se hicieron durante el proceso de tallado en el que se recicló un gran trono con nicho frontal para crear esta cabeza. La huella del nicho, un arco hundido que se observa arriba de la oreja derecha, no se borró por completo porque la cabeza es una obra inconclusa. Las oquedades rectangulares y las afiladuras también pueden ser vestigios de la escultura previa. El tocado está compuesto por un tejido abierto y una banda horizontal apretada que produce el ceño fruncido; sobre ella yacen tres cabezas de ave con pico curvo, las cuales hacen referencia al nombre del personaje y a su linaje. Las orejeras son redondas. Los ojos, sesgados hacia abajo, están hundidos y presentan el estrabismo bilateral convergente.
Tiene los pómulos altos y las mejillas flácidas. La boca entreabierta muestra barrenos sobre los labios. Corren líneas de edad entre la nariz y la boca, las cuales indican la edad madura del gobernante. La superficie parece tener mucho deterioro, lo cual se ha explicado por su antigüedad; no obstante, solamente ésta y otra cabeza (SL7) muestran esta característica, ambas en proceso de reciclaje, por lo que el deterioro no fue causado por intemperización, más bien debió ser el resultado del uso de una sustancia para ablandar la superficie por parte de los escultores.
Ann Cyphers. Doctora en historia por la UNAM. Investigadora en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM. Especialista en el periodo Preclásico (Formativo) y, en particular, en la civilización olmeca.
Cyphers, Ann, “Cabeza Colosal 2, San Lorenzo”, Arqueología Mexicana, Edición especial, núm. 94, pp. 42-43.