Las principales aportaciones arqueológicas y antropológicas de la Comisión Científica, francesa, en México (1864-1867) han sido descritas y evaluadas en numerosos estudios, sin mencionar frecuentes alusiones en obras como la Historia de la arqueología en México de Bernal. Algunos de esos trabajos sintéticos o analíticos son de excelente calidad y muy exhaustivos. Riviale reubica detalladamente los trabajos de la comisión en su contexto teórico y político-militar. Le Goff y Prévost-Urkidi proporcionan un índice detallado de los documentos disponibles en los archivos nacionales de Francia en París. Otras contribuciones son artículos generales, a veces polémicos. Aun así, muchos aspectos de los trabajos de esa comisión y de sus equivalentes mexicanos han quedado casi totalmente desconocidos, por falta de trabajos sistemáticos.
Durante un poco más de tres años, las dos comisiones y la Academia, sus casi 300 miembros, desarrollaron una intensa actividad científica, comprobada por las publicaciones, aún escasas; los documentos y las colecciones que terminaron en Francia, en Austria, y a veces en México. La red de corresponsales que se estableció mediante la Comisión Científica en México y la Comisión Científica, Literaria y Artística de México funcionó y se lograron resultados novedosos, como los planos que se levantaron de muchos sitios: Teotihuacan, Monte Albán, Metlaltoyuca, entre otros. Aunque el fracaso de la Intervención y los eventos políticos consecutivos en ambos países ocasionaron una falta de interés y la dispersión de los materiales y de los documentos, se puede seguir la traza de esos archivos que, a pesar de muchos extravíos, siguen esperando la atención de los investigadores para recobrar su significado y sus aportaciones al conocimiento de México.
Tomado de María Haydeé García Bravo, Eric Taladoire, “Más allá de los archivos de la Comisión Científica en México Las aportaciones de las bibliotecas y de los museos”, Arqueología Mexicana núm. 138, pp. 78 - 85.