Yuri Knórozov. El descifrador de la escritura maya
Determinación del tipo de sistema
Knórozov sabía de la existencia de tres sistemas de escritura básicos usados alrededor del mundo: el alfabético y el silábico (que él englobó dentro de los sistemas fonéticos) y el logográfico (que él consideró dentro de los sistemas jeroglíficos).
Partiendo del entendido de que a cada uno de los tres sistemas de escritura referidos le corresponde un número aproximado de signos (alrededor de 30 signos para la alfabética, 80-100 para la silábica, 5 000 al menos para la logográfica), Knórozov procedió a calcular la cantidad de signos usados en la escritura maya.
Para ello utilizó como fuente los tres códices yucatecos del periodo Posclásico (1000-1521 d.C.) sobrevivientes a la destrucción española, a saber: el Códice de Dresde, el de Madrid y el de París, llamados así según el lugar donde actualmente se resguardan. Encontró como repertorio una cantidad total de 355 signos que se repetían en diversas combinaciones.
Con ello pudo entonces determinar que el sistema de escritura maya era mixto, ya que contaba con presencia tanto de signos silábicos, como de logogramas (palabras completas o raíces de palabras). Concluyó que la escritura maya era entonces logosilábica (otro tipo de escritura jeroglífica), semejante a las escrituras de otros pueblos del mundo, como el japonés y el egipcio.
Imagen: Usando el lenguaje de su época, Knórozov llamó ideograma a lo que hoy denominamos logograma: “Por ideograma, en el sistema de escritura jeroglífica, debe entenderse un signo que tenga valor fonético y semántico, o dicho de otro modo, un signo que represente una palabra. A esto cabe añadir que no tiene absolutamente ninguna importancia si ese signo es el dibujo realista de un objeto, un dibujo estilizado o un símbolo convencional” (Knórozov, 1953, p. 18). Ejemplos de los ideogramas (logogramas): a) MUWAN, “lechuza”. Códice de Dresde, p. 16c. b) MOˀ, “guacamaya”. Códice de Dresde, p. 40b. Foto: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Alejandro Sheseña Hernández. Investigador de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Especialista en semiótica, religión y epigrafía maya.
Erik Velásquez García. Investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y coordinador del posgrado en historia del arte de la misma universidad. Especialista en historia del arte, historia y epigrafía maya.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Sheseña Hernández, Alejandro y Erik Velásquez García, “Yuri Knórozov. El descifrador de la escritura maya”, Arqueología Mexicana, núm. 177, pp. 44-49.