En la época prehispánica no era raro asociar el nombre de las poblaciones a elementos naturales. Lo mismo se les llamaba de acuerdo con ciertos rasgos del paisaje –ríos y montañas, por ejemplo– que en relación con algún animal –jaguar, serpiente, coyote, entre otros– o producto de la tierra: maíz, calabaza, etc., e incluso el chile. De hecho una de las primeras referencias iconográficas al chile se encuentra en un topónimo registrado en el Edificio J de Monte Albán, Oaxaca. Se trata de una de las llamadas “lápidas de conquista” que muestran pueblos aparentemente conquistados por la capital zapoteca entre 150 a.C. y 150 d.C.; son más de 50 piezas grabadas con nombres de lugar con ciertos elementos comunes: el glifo zapoteca para cerro –comúnmente utilizado para indicar que se trata de un lugar–, un glifo que indica su nombre específico y una cabeza humana hacia abajo, lo que señala una población sometida. En esta serie se encuentra la representación de un Cerro de las Plantas del Chile, indicado por una planta con tres frutos. Si bien se han identificado algunos, la localización precisa de todos estos lugares aún es incierta, entre ellas la del Cerro del Chile, que según Joyce Marcus (1992) debe haberse ubicado –como el resto de los sitios– a una distancia de entre 50 y 150 km desde Monte Albán. Para esta autora el sitio puede ser el actual San José Chiltepec, Oaxaca. Cabe señalar que en exploraciones recientes en la zona de la Chontalpa, en Oaxaca, a cargo de Danny Zborover (2007), se localizó un sitio arqueológico llamado Cerro Chile, que podría ser el registrado en Monte Albán, aunque esto todavía está por elucidarse.
Otro sitio cuyo nombre se relaciona con el chile es Chilixtlahuaca, “en el llano del chile”, en la región de la Montaña, Guerrero. Aparece representado en el Lienzo de Citlaltépec, documento colonial temprano en el que se narran diversos acontecimientos históricos del señorío mixteco de Citlaltépec- Metlatónoc. El glifo, que fue identificado por Flor Yenin Cerón (2006), se compone de la representación de un llano que en medio muestra un chile; el poblado se localiza en los límites de Oaxaca y Guerrero.
Otros lugares cuyo nombre aparece asociado al chile aparecen en la Matrícula de Tributos, importante códice que registra los tributos que se entregaban periódicamente a la Triple Alianza, formada por Tenochtitlan, Tacuba y Texcoco. Se trata de una verdadera nómina geográfica del territorio mesoamericano en el momento de la conquista española, y los lugares que llevan al chile como componente de su nombre son: Chilapan, “río de los chiles”, actualmente Chilapa de Álvarez, Guerrero; Chilacachapan, “sobre el agua de chilacáxitl” (un tipo de chile), ahora Chilacachapa, Guerrero; y Chiltecpitlan, “chilar de chiltepiquines”, hoy Tepintla, Puebla. Actualmente hay varios poblados que en la impronta prehispánica de su nombre llevan la asociación al chile, como San Juan Chilateca, Oaxaca, o San Martín Chile Verde, Guatemala.
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Tomado de Enrique Vela, Arqueología Mexicana, Especial 32, Los chiles de México. Catálogo visual.