Los arqueólogos consideran que Paquimé (Casas Grandes, Chihuahua) era la ciudad en la que residía la élite de la cultura Casas Grandes, la cual controlaba los sistemas de irrigación, la producción agrícola, la organización de la población, así como el intercambio de recursos y productos en todo el territorio. El desierto, los valles y las montañas estaban comunicados a través de atalayas y caminos. Hoy en día, los arqueólogos piensan que Casas Grandes, como fenómeno regional, tuvo su origen desde los tiempos en que el maíz y la ideología aparejada a él aparecieron en la región hace aproximadamente 3 000 años.
En Paquimé se reúnen todos los rasgos característicos de los sitios de la cultura Casas Grandes, entre ellos la arquitectura de tierra y la disposición de los espacios, en la que se tomaba como modelo algunos elementos de la ciudad. En ésta, en la cual residía una gran población, se encuentran vestigios de las actividades relacionadas con la producción, el comercio y la religión.
El trazo de la ciudad se basa en tres ejes constructivos orientados hacia el norte: los edificios ceremoniales, la Plaza Central y las unidades habitacionales. Entre los sistemas de plazas llama la atención la Plaza Central, que se encuentra enmarcada por el eje de edificios ceremoniales al oeste y por el de edificios habitacionales al este. Gracias a las excavaciones se detectó una gran diversidad de materiales arqueológicos, así como de actividades realizadas en ellas, lo que ha permitido deducir con seguridad que estos espacios funcionaron como mercados.
Tomado de Eduardo Gamboa Carrera, “ Paquimé y el mundo de la cultura Casas Grandes”, Arqueología Mexicana, núm. 51, pp. 46-51