Como todas las prácticas de adorno del cuerpo humano –la decoración, el vestido, el uso de joyas–, las del arreglo del pelo y el uso de tocados tienen como propósito fundamental añadir una dimensión simbólica que busca dotarlo de un significado específico adicional. Uno de los rasgos distintivos de las elites mesoamericanas fue el uso de tocados, lo cual era un modo de proclamar su autoridad y de reafirmar su papel como mediador entre el mundo terreno y el celeste. Esta costumbre se remonta por lo menos al Preclásico, como lo muestran los peinados y tocados representados en las figurillas de Tlatilco y otros sitios de la época. Si bien esencialmente el uso de tocados estaba asociado al estrato superior, el señalamiento de un estatus determinado no era en modo alguno su única función, pues existía un amplio abanico de ellas.
CONTENIDO
Textos: Enrique Vela. Presentación, p. 8. Tocados y peinados en el México antiguo. Catálogo visual, p. 10. Peinados, p. 12. Preclásico del Altiplano, p. 18. Olmecas, p. 20. Los tocados y los gobernantes, p. 24. Occidente, p. 26. Mezcala, p. 30. Diademas, p. 32. Teotihuacan, p. 34. Tocados divinos, p. 38. Mayas, p. 42. Xochicalco, p. 48. Cacaxtla, p. 50. Los tocados y la guerra, p. 52. Cautivos de guerra, p. 54. Costa del Golfo, p. 56. Tocados arqueológicos, p. 62. Zapotecos, p. 64. Mixtecos, p. 70. Los amantecas, p. 74. Mexicas, p. 76. El penacho de Moctezuma, p. 82. Lienzo de Tlaxcala, p. 84. Indígenas, p. 86. Para leer más…, p. 90.