De la Conquista a la Revolución en los muros del Museo Nacional de Historia

El Museo Nacional de Historia (MNH), Castillo de Chapultepec, resguarda fragmentos del pasado contenidos en objetos que en algún momento pertenecieron a los héroes patrios, pero también alberga en sus paredes obras plásticas de los sucesos históricos que forjaron la nación, los cuales fueron plasmados durante la segunda mitad del siglo XX por los integrantes del Movimiento Muralista Mexicano.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en colaboración con la Universidad Iberoamericana y la Organización Editorial Mexicana, coedita el libro De la Conquista a la Revolución en los muros del Museo Nacional de Historia.

La obra hace un análisis desde distintas ópticas de las obras realizadas por destacados pintores como David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Gerardo Murillo Dr. Atl, Juan O´Gorman, José Reyes Meza, Leopoldo Méndez, Jorge González Camarena, Arnold Belkin, Santiago Rebull, entre otros.

 El texto de presentación que se trata de una publicación que reúne apuntes singulares de la relación entre narrativa plástica, historiografía y museografía. Los investigadores del Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana y del INAH suman saberes y ofrecen las claves de lectura de artistas y murales que hoy guían a los visitantes al Castillo de Chapultepec por los últimos 500 años de la historia de México.

 Tan decisiva fue esta creación que las pinturas parietales que ya existían entonces en el Castillo, como Las Bacantesde Santiago Rebull y Alegoría de la Revolución de Fernando Solares, adquirirían el inapelable sentido pedagógico de la ecuación museo-muralismo.

Desde la creación del fresco de Orozco han transcurrido más de siete décadas y tres generaciones de pintores, quienes han convertido en imágenes los relatos del pasado nacional y han dado formas al tiempo, han creado las líneas del rostro de héroes y heroínas lo mismo que de villanos y malqueridos a los que, por sus hechos, no se deben olvidar.

 El libro reúne los análisis de casi una docena de grandes pinturas que han vuelto familiares los perfiles de los personajes ejemplares que pueblan el imaginario de nuestra nación, hechos de trazos, pinceladas, palabras, voces muertas y recuperadas por colores, arenas, ceras, maderas y yeso.

Los murales del Museo Nacional de Historia fueron hechos a iniciativa de tres de sus directores: Silvio Zavala (1946-1954), Antonio Arriaga Ochoa (1957-1974) y Felipe Lacouture (1977-1982), quienes comisionaron estos apoyos museográficos con “categoría artística”, convirtiendo al Castillo de Chapultepec en un nuevo promotor del movimiento muralista mexicano.

 El proyecto, que inició a mediados del siglo XX, dio como resultado una gran diversidad de obras murales sobre distintos temas de la historia mexicana, principalmente desde la Conquista hasta la Revolución Mexicana, que manifiestan no sólo una gran riqueza expresiva sino además una gran variedad de matices ideológicos. 

El libro cuenta además con dos textos, uno escrito por Rosa Casanova y otro por María Hernández Ramírez, sobre los antecedentes plásticos y algunos de los problemas planteados por los murales del museo en la construcción de la identidad patria nacional, de forma más teórica y general.

 Asimismo, reúne un nutrido grupo de estudios particulares sobre los murales comisionados por el Museo Nacional de Historia, ordenados cronológicamente.  Entre los artículos se encuentran Retrato de don Benito Juárez y alegoría histórica de la Reforma (1948) de José Clemente Orozco, análisis escrito por Ana Torres; Del Porfirismo a la Revolución (1957-1966) de David Alfaro Siqueiros, por Ma. Estela Eguiarte Sakar y Erika Escutia Sánchez.

 Feudalismo porfirista como antecedente de la Revolución 1910-1914 (1970-1973) de Juan O’Gorman, por Marina Vázquez Ramos; y La llegada de los generales Zapata y Villa a Palacio Nacional el 6 de diciembre de 1914 (1979) de Arnold Belkin, por Dina Comisarenco Mirkin, entre otros.

 

Dirección de Medios de Comunicación (INAH)