El culto a la muerte
¿Por qué no hay representaciones entre los tarahumaras? En el repertorio arqueológico encontramos sitios que al parecer fueron abandonados de la noche a la mañana, sin rastros de violencia. También hay sitios con indicios de muros derrumbados y techos quemados que refieren algún disturbio que obligó a la familia a dejar su casa.
En la cosmovisión tarahumara hay una poderosa creencia relacionada con la muerte, y para la arqueología es importante pues representa una respuesta alternativa a la pregunta de por qué abandonaban los pueblos sus asentamientos.
Siguiendo las notas de Font de 1611 sobre las costumbres funerarias sabemos que: “Después de haber enterrado al difunto, si fue casado y que ya tenía casa, la derriban por el suelo o le pegan fuego; y si es cueva, la desamparan y se pasan a otra parte. El luto es trasquilarse los cabellos y algunas noches llorar…” (Font, en González Rodríguez, 1982, p. 160).
Es posible que algunos sitios arqueológicos fueron abandonados bajo esa creencia; el abandono de la residencia significaba, además del temor a los muertos, que el ciclo humano había terminado y para continuar era necesario cambiar.
Hay más pistas sobre la nota del padre Font. En excavación hemos recuperado fragmentos de trenzas y mechones de cabello que seguramente fueron parte del luto de los vivos para despedir a sus muertos, en una especie de amuleto de buena suerte para el viaje del alma del difunto. Por otro lado, en el sitio Cueva de las Monas hay un par de pinturas en color blanco que ilustran una escena de luto. Se trata de dos figuras humanas “con los pelos de punta”, una de ellas lleva dos cruces, y corresponden al periodo virreinal, posiblemente al siglo XVII (Chacón, 2015, pp. 128-130).
Imagen: Izquierda: Habitación prehistórica tarahumara. Este lugar se encuentra abandonado. Sitio OH-03. Derecha: Ofrendas de cabello en un cementerio tarahumara. a) Restos de trenzas y mechón de cabello. b) Restos de trenzas. Cueva El Gigante. Fotos: Enrique Chacón Soria.
Enrique Chacón Soria. Arqueólogo por la ENAH y maestrante por la EAHNM-CIESAS. Premio Alfonso Caso a la mejor tesis de arqueología en 2010. Adscrito al Centro INAH Chihuahua y titular de los proyectos arqueológicos “Samalayuca” y “Cueva de las Monas”. Especialista en arte rupestre y arqueología de la Sierra Tarahumara.
Chacón Soria, Enrique, “La muerte en el mundo tarahumara”, Arqueología Mexicana, núm. 175, pp. 34-39.