El pensamiento ralámuli y la vida del espíritu

Ana Paula Pintado Cortina

Sobre el pensamiento ralámuli y la vida del espíritu de Hannah Arendt

El pensamiento ralámuli es la vida del espíritu, y ésta es una estrategia de empoderamiento y de salud e inclusive de resiliencia, es decir, que para tomar responsabilidad como individuo en una sociedad es trascendental la unidad y el acto recíproco.

Los nawésali, o discursos de los curanderos, de los ralámuli hablan de ello, del pensar bien para el bienestar o la salud no sólo del individuo sino de la sociedad entera, entendida ésta en su amplio aspecto mencionado líneas atrás. El pensamiento implica también restablecer constantemente los roles normativos.

El cuerpo es el receptáculo de esa actividad social y justamente cuando se está enfermo es porque no hay una buena relación con la totalidad (Levi, 1999, pp. 14-18). Los nawésali hablan siempre del natéame referido a la comunidad, los antepasados, la deidades y la belleza del entorno, lo hermoso de los cerros, los bellos colores de la tierra o el azul del cielo. Es una manera de dictar los roles de los ralámuli en donde el respeto y el cuidado de todos y todo es fundamental, lo que da el balance de la vida (Pintado, 2012, p. 190).

Conclusiones

Para los ralámuli se aprende de la vida usando los cinco sentidos; ésta es la guía por excelencia y el camino que se ha de seguir para cualquier proceso. Todo elemento de expresión se relaciona con el entorno, desde hacer una faja hasta una tortilla. La elaboración de la tortilla nos remite al origen del mundo cuando, a través de las pisadas de la danza del paskol, aquella tierra húmeda y blanda se solidificó, igual que las manos al amasar y tortear. El mundo está formado por siete tortillas apiladas.

La vida contemplativa es una experiencia sensorial y los ralámuli, por medio de sus acciones, se entregan a ella. No sólo están profundamente ligados a su pasado mediante sus rituales sino también a su experiencia sensorial en su vida cotidiana, donde el cuerpo es el receptáculo de todo lo que implica esa sensorialidad y es lo que crea la personalidad ralámuli (Levi, 1999, pp. 14 y 17).

Imagen: Virginia López. Coyachique, Chihuahua. Foto: Ana Paula Pintado.

Ana Paula Pintado Cortina. Estudió la licenciatura en antropología en la ENAH, la maestría en la Universidad Sussex y es doctora en antropología por la UNAM. Ha sido maestra de la ENAH y de la carrera de antropología de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Pintado Cortina, Ana Paula, “Sobre el pensamiento ralámuli y la vida del espíritu de Hannah Arendt”, Arqueología Mexicana, núm. 175, pp. 52-57.