El sol como un enorme sapo: tecálatl o tamazolli

Manuel A. Hermann Lejarazu 

Dentro de las secciones que componen el Códice Borgia, se encuentra una parte conocida como “El viaje de Venus por el inframundo”, que también ha recibido otras designaciones de acuerdo con los diversos autores que la han trabajado. Desde luego, no es la intención abordar aquí alguna de esas 18 láminas que componen dicha sección, sino en lo particular me referiré a la página 43, donde está representado un enorme Sol como si fuese un gran sapo con las piernas y los brazos abiertos.

Esta posición ya había sido observada por Seler, que describe la imagen como la representación de un Xólotl-Nanahuatzin, sobre todo por los nudos o deformidades que presentan sus manos y por el ojo colgante, fuera de su órbita, que caracteriza a otras representaciones de esta deidad solar.

Para Jansen, en la lámina se destaca un Xólotl negro que carga un Sol oscuro, pero en sí es un sacerdote que inicia el rito del crecimiento de maíz. Por otro lado, para Elizabeth Boone esta sección del Códice Borgia no es una secuencia de rituales o el viaje de Venus, como han argumentado Seler y Jansen, sino una narrativa sobre historias de creación que no tiene paralelo con los mitos nahuas, mayas o mixtecos.

Boone señala en concreto que en la página 43 aparece un Sol nocturno en forma de Nanahuatzin/Xólotl, ya que también identifica la piel llena de manchas o pústulas del personaje, así como el hocico de un canino.

Tomado de Manuel A. Hermann Lejarazu, "Tecálatl o tamazolli", Arqueología mexicana, edición especial, núm. 121, pp. 23-25.