Las fuentes históricas tenochcas son discordantes en cuanto a la fecha de la fundación de Tenochtitlan, lo cual en muchas ocasiones tiene que ver con la yuxtaposición de documentos en una misma obra, que funden varias tradiciones (Duverger, 1983, pp. 188-189). No obstante, en su mayoría concuerdan al decir que Tenochtitlan se fundó en el año 2 casa (ome calli).
Ya otros investigadores han hecho las cuentas matemático-calendáricas para que el año 1325 sea correspondiente al referido 2 casa. Si se toma como referencia la llegada de Hernán Cortés a la Costa del Golfo, donde desembarcó en 1520, los registros indígenas reportan que ocurrió en el año 1 caña (ce ácatl) de su calendario. Si realizamos la cuenta inversa encontraremos que el año 2 casa coincide con 1325.
Entre los documentos que indican que la fundación tuvo lugar en 2 casa hay dos de primer orden. El primero es el Códice Mendoza, por haberse pintado a inicios de la década de los cuarenta del siglo xvi, por mandato del virrey don Antonio de Mendoza, para ser enviado a Carlos V. El documento trata sobre las conquistas de los señores de Tenochtitlan, el tributo que recibían de los pueblos sometidos y algunas escenas de la vida cotidiana. No obstante, el propósito de sus autores fue exaltar uno de los capítulos más importantes de su historia: la fundación de Tenochtitlan. La representación de Huitzilopochtli con los símbolos de la guerra (escudo y flechas) fue el modo de expresar que, por mandato divino, los tenochcas tomaban posesión del territorio, a la vez que justificaba la elección del lugar (Castañeda de la Paz, 2013, p. 61). A modo de marco se colocó la cuenta calendárica en color turquesa y se precisaba que ese extraordinario episodio tuvo lugar en el año 2 casa, pues con ese signo se comenzaba a contar el tiempo.
El otro documento tenochca que confirma que Tenochtitlan se fundó en ese año es el Códice Mexicanus, el cual se comenzó a pintar en la década de los cincuenta del siglo xvi. Ahora bien, será el Teocalli de la Guerra Sagrada el que acabe de confirmar que esa fue la fecha elegida por los tenochcas para iniciar su cuenta, tras asentarse en la Cuenca de México.
Los argumentos son indudables: se trata de un ejemplar pétreo, cuya iconografía está vinculada con Tenochtitlan, la cual se mandó tallar antes de la llegada de los españoles (Duverger, 1983, pp. 184-185). En este caso se labró el águila al grito de “guerra”, por medio de la convención pictográfica del atl-tlachinolli que sale de su pico, representada por medio de una corriente de agua entrelazada con otra de tierra quemada.
Tomado de María Castañeda de la Paz et al., “La fundación de Tenochtitlan: 2 casa, 1325”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 124, pp. 46-47.

