Huamelulpan se distingue por su arquitectura y escultura monumental, así como por sus inscripciones calendáricas. La ciudad destaca por su tamaño, pues llegó a extenderse por más de 2 km2 , y por su longevidad: alcanzó un milenio y sobrevivió a otros centros urbanos contemporáneos de la Mixteca Alta, como Yucuita y Montenegro. Su ocupación ha sido dividida en tres periodos: Huamelulpan I, de 400 a 100 a.C.; Huamelulpan II, de 100 a.C. a 200 d.C., en el cual tuvo una gran expansión demográfica, y Huamelulpan III, de 200 a 600 d.C., periodo en el que su tamaño disminuye pero continúa la construcción de edificios.
La ciudad fue construida sobre un sistema loma-cerro con terrazas en las laderas del Yucunindaba, “Cerro que Voló”. Estaba organizada en conjuntos arquitectónicos monumentales separados en tres núcleos principales y dos secundarios. Las laderas fueron niveladas para construir terrazas que fueron ocupadas por la población y cohesionaban los núcleos cívico-ceremoniales.
La arquitectura monumental constaba de grandes plataformas niveladas en forma escalonada, con sistemas de drenaje planificado y formalmente construido. En ocasiones, sobre las plataformas se elevaban basamentos piramidales y residencias de familias de la elite. Estas extensas edificaciones formaban plazas con escalinatas que las comunicaban.
Tomado de Margarita Gaxiola, “Huamelulpan, Oaxaca”, Arqueología Mexicana, núm. 90, pp. 34 - 35.