Llegaron los europeos y con ellos su gente, sus instituciones, sus ideas y sus desastrosas enfermedades virulentas. En lugar de una confrontación violenta prolongada, durante las primeras décadas de la Colonia se dio una adaptación mutua entre dos culturas. Las instituciones más eficientes fueron la religión cristiana, el sistema político, la economía regional, interregional e internacional.
De este gran convenio mixteco-europeo existen elocuentes ejemplos. Primero, la coexistencia de los idiomas mixteco y español en la región. Segundo, la persistencia de mercados y tecnología agrícola (como las plantas prehispánicas o el sistema de terrazas coo-yuu), así como de indumentaria e implementos indígenas combinados con elementos europeos introducidos en toda la región. Tercero, el sistema político-administrativo introducido por los españoles pero adaptado a costumbres locales, como los consejos indígenas tradicionales. Cuarto, grandes edificios religiosos, además de costumbres y creencias europeas más tradicionales, que se expresaron en iglesias y monasterios, como los de Yanhuitlán, Teposcolula o Coixtlahuaca. Quinto, la adaptación del patrón español de planeación urbana a los pueblos y ciudades prehispánicos, como se refleja en las recientes excavaciones en Yucundaa, y en pueblos y ciudades de la región como Teposcolula, Tlaxiaco o Coixtlahuaca, en la Mixteca Alta; San Pedro y San Pablo Tequixtepec, Santiago Huazolotitlan, Silacayoapan o Tecomaxtlahuaca, en la Mixteca Baja; Tututepec, Jamiltepec o Jicayan, en la Mixteca de la Costa.
Nuestros estudios sobre los mixtecos, su cultura y su larga historia, nos permiten percibir seis importantes características sociales y filosóficas durante su odisea de 3 000 años:
1. Un proceso constante de adaptación filosófica, tecnológico-económica, social y política a las condiciones y exigencias naturales y culturales de la Mixteca y, eventualmente, del mundo.
2. Una relación permanente con las fuerzas de la naturaleza y los elementos fundamentales de la fertilidad: la fuerza del sol y el ritmo del universo, el inframundo como fuente de agua y de fertilidad; el agua, las nubes, el viento, los animales, las plantas silvestres y domesticadas y los minerales. Esta orientación implicó un vasto sistema simbólico, manifestado en el concepto y representación de Dzahui. Con la Conquista española este convenio se extendió a los europeos, la cristiandad y su conjunto de creencias, rituales y símbolos, y al sistema político-económico español.
3. Un sentido de continuidad que los ha guiado siempre; reconocimiento del pasado, presente y futuro, veneración de los antepasados, la gran importancia de rituales, la santidad del mundo físico-espiritual mixteco y el vínculo perpetuo con la Mixteca y el pueblo natal.
4. La sociedad mixteca prehispánica y colonial reconoció y observó el principio de estratificación social y el reconocimiento de grupos sociales con diferentes características, posibilidades y privilegios. Esta conceptualización está bien representada en la evidencia arqueológica, los códices, la documentación histórica convencional y la lengua mixteca del siglo XXI.
5. Los mixtecos se empeñaron en el embellecimiento de la vida con el arte en miniatura, la escritura y la conservación de la naturaleza, así como con el respeto y admiración hacia montañas, ríos, cuevas, riscos y peñascos notables, llanos fecundos, el cielo, las nubes, las estrellas y los planetas.
6. Desde tiempos primordiales, los mixtecos se han adaptado a los cambios por medio del crecimiento y movimiento de la población, el mantenimiento de un complejo agrícola dependiente del cultivo de maíz, frijol, calabaza, chile y otras plantas, así como por la invención y ampliación de un sistema de agua y suelos representado por las terrazas coo-yuu o lama-bordo.
Tomado de Ronald Spores “La Mixteca y los mixtecos. 3 000 años de adaptación cultural”, Arqueología Mexicana núm. 90, pp. 28-33.
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