Paul Schmidt Schoenberg
La antropología de la región que abarca el actual estado de Guerrero es compleja. En el siglo XVI, la variedad de lenguas era tal que el estado se asemejaba a un rompecabezas. Aunque sabemos muy poco de la región en la época prehispánica, seguramente la situación era igual de complicada. Aquí se presenta una síntesis de lo que sí se conoce.
El Preclásico
Es la época de la que más sabemos sobre la arqueología de Guerrero. La costa, en los alrededores de Acapulco, muy bien podría ser el lugar donde se fabricara la cerámica más antigua de Mesoamérica. Charles F. Brush encontró en Puerto Marqués la cerámica Pox, que fechó alrededor de 2300 a.C. Al parecer fue fabricada por grupos que vivían principalmente de la explotación de recursos marinos.
Alrededor de 1200 a.C. apareció el complejo arqueológico Capacha, llamado así por el lugar en Colima donde fue identificado por primera vez, por Isabel Kelly. Vasijas de cerámica típicas de este complejo se han encontrado en los salvamentos arqueológicos realizados en los vasos de las presas cercanas a la desembocadura del río Balsas, en los sesenta del siglo XX, y en Chilpancingo por la arqueóloga Guadalupe Martínez Donjuán.
En Guerrero es muy importante la presencia del estilo olmeca, plasmado en grandes esculturas como las de San Miguel Amuco y Teopantecuanitlán y en figurillas de barro y piedra dispersas por muchas áreas del estado, ya sea en Tierra Caliente, el Centro, las costas y la Montaña. Es probable que ese estilo apareciera alrededor de 1200 a.C.
Posiblemente durante la misma época, en las cercanías de Xochipala se desarrolló una tradición de figurillas antropomorfas de barro hechas en un estilo naturalista único. El historiador de arte Carlo Gay propuso que posiblemente eran antecesoras del estilo olmeca; sin embargo, no tienen parecido con este estilo y, como todas, han sido producto de saqueo y no han sido fechadas. Puesto que al parecer Xochipala no tuvo una ocupación anterior a 900 a.C., es poco probable que esas figurillas sean antecesoras del estilo olmeca.
El Clásico Temprano
Esta época (200-650 d.C.) es la que menos conocemos en Guerrero. En el resto de Mesoamérica las diferentes áreas tuvieron relaciones de intercambio más o menos intensas con Teotihuacan. En ellas aparecen rasgos típicamente teotihuacanos, como arquitectura de talud y tablero, figurillas de barro de estilo teotihuacano, cerámica como la Anaranjado Delgado y vasijas trípodes cilíndricas con soportes cónicos o rectangulares, floreros y “candeleros”. En Guerrero, especialmente en el centro del estado, es raro que aparezcan estos elementos y las culturas del Preclásico continuaron sin muchos cambios.
Schmidt Schoenberg, Paul, “La época prehispánica en Guerrero”, Arqueología Mexicana núm. 82, pp. 28-37.
• Paul Schmidt Schoenberg. Doctor en antropología por la Tulane University. Ha realizado investigación arqueológica en varias regiones, principalmente en Guerrero. Investigador del IIA, UNAM, donde tiene a su cargo el proyecto de “Arqueología de superficie Chilapa-Zitlala, Guerrero”.
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