Beatriz de la Fuente
En 2005, durante la última reunión del Comité Científico-Editorial de la revista a la que asistió la Dra. Beatriz de la Fuente, poco antes de su lamentable fallecimiento, se aprobó el tema central del presente número: la región y la cultura huaxtecas. Con el entusiasmo y compromiso que le caracterizaban, se propuso para escribir el artículo sobre la escultura huaxteca, una de sus especialidades y aportaciones para el conocimiento de las culturas prehispánicas. Por respeto a su autoría y en memoria de su nombre, decidimos reproducir partes de sus escritos publicados en el libro La escultura prehispánica de Mesoamérica (2003), que reflejan conceptos e ideas sobre nuestro tema de interés.
Generalidades: la escultura prehispánica de Mesoamérica
La autora se refiere a la escultura como “…una de las artes visuales que se define como expresión principal de creatividad del hombre. […] De tal suerte que la escultura ha superado, con mucho, la posibilidad de confrontarla como expresión permanente de tiempos y rumbos del pasado. Con sus materias distintas, piedras brutas, semipreciosas, barro, madera y metal; con sus tratamientos formales, que van desde la pesadez hasta la liviandad; con su expresividad evidente (facial y corporal) de hieratismo o de emoción plena; con su rigidez o movimiento sugerido y real, en fin, con la pluralidad con la que se muestra un arte original se posibilita la contemplación, el análisis y un más certero acercamiento a su mensaje original”.
Bajo este criterio, la investigadora aborda las principales características escultóricas a lo largo de los cinco primeros capítulos; en ellos nos habla de las formas tridimensionales, los modos, las técnicas, los materiales y los posibles significados de la escultura del México antiguo.
En el capítulo 1 compara las esculturas prehispánicas con las esculturas de otras culturas prístinas del mundo en relación con sus soluciones formales. También resalta que para definir a las esculturas, se requiere considerarlas “... como el vehículo necesario para transmitir experiencias primordiales del hombre y de una comunidad en un tiempo y en un lugar determinados”. Para reforzar esta idea, añade que si bien la escultura “... se percibe visualmente, despierta en el espectador sensaciones táctiles [que se] derivan del material y el acabado de los objetos, sean de piedra, de barro, de metal: se trate de superficies rugosas, policromas o pulimentadas”. Por último, habla de los “... dos métodos básicos para producir escultura: modelando y tallando. En el primer método hay posibilidades de corrección, en tanto que en el segundo la talla es laboriosa y ofrece pocas oportunidades de modificación”.
Fuente, Beatriz de la, “La escultura huaxteca”, Arqueología Mexicana núm. 79, pp. 46-53.
• Beatriz de la Fuente. Destacada investigadora del México antiguo que desempeñó varios cargos en la UNAM, en especial en el Instituto de Investigaciones Estéticas. Fue miembro distinguido de El Colegio Nacional y del Comité Científico-Editorial de esta revista.
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