La Ferrería, Durango

Arturo Guevara Sánchez

Durante mucho tiempo se creyó erróneamente que en el área de Durango, al igual que en todoel Norte de México, no había vestigios de culturas antiguas. Sin embargo, ahora sabemos que hay sitios, entre ellos el de La Ferrería, con materiales que indican que Durango tuvo una larga y continua ocupación humana. En aquel amplio territorio habitaron grupos sedentarios, además de muchos otros nómadas o seminómadas, es decir, con diversos gradosde tecnificación y adelanto.

 

La zona arqueológica de La Ferrería se localiza aproximadamente siete kilómetros al sur de la ciudad de Durango, en los límites de la pequeña población del mismo nombre, lugar en que se encuentran los restos de una antigua fundición que llegó a tener gran importancia para la economía nacional. El primer arqueólogo profesional que visitó el sitio fue J. Alelen Mason; gracias a su reporte se inició un estudio intenso del área, que estuvo a cargo del arqueólogo J. Charles Kelley, quien trabajó en ella en la década de los cincuenta. La Ferrería es un sitio arqueológico de parte del área de la cultura Chalchihuites que se encuentra en el estado de Durango. Se trata de una cultura mesoamericana que tuvo su principal centro en el sitio del mismo nombre, en las cercanías de Alta Vista, es decir, hacia el norte del estado de Zacatecas y muy cerca del área limítrofe con Durango. Esta extensión de la cultura Chalchihuites hacia el estado de Durango ha sido detectada por la presencia de sitios arqueológicos ubicados en las estribaciones de la Sierra Madre Occidental, que ocupa el lado poniente de la entidad. Ahí pueden verse numerosos asentamientos abandonados en los que se encuentran diversos tipos cerámicos, entre los que destacan los rojo sobre crema. Los sitios están formados por casas construidas sobre plataformas dispuestas alrededor de grandes patios hundidos, y por amplias terrazas. Ocasionalmente, se observan construcciones para practicar el juego de pelota ritual.
Entre los sitios de las estribaciones de la sierra se encuentran algunas hermosas casas en acantilado, con restos de muros de adobe muy recios y a veces bien conservados, como ocurre en la región de Mezquital. Otros sitios se encuentran en áreas planas y, por los vestigios que se pueden observar, se considera posible que hayan existido construcciones de más de un nivel. Éste es el caso de un sitio abierto en las cercanías de Antonio Amaro, que probablemente sea Chalchihuitatlán, citado en algunas fuentes históricas. Estos sitios deben ser de los más tardíos y pertenecer a las últimas fases de la cronología que propuso Kelley.

En lo alto de pequeños cerros aislados y cerca de las fuentes de agua se encuentran otros sitios similares, como Navacoyán, situado en las cercanías de la capital del estado.

 

Estructuras mayores

Junto a la pequeña población de La ferrería, en las riberas del Tunal, se localiza un pequeño cerro en el que se encuentran dispersos los restos de lo que debió ser el centro rector de un área muy grande y, hasta donde se sabe, el más importante de Durango. Por ello y por sus características particulares, se ha considerado una cultura que llegó a ser diferente de la que le dio origen y a la cual se le conoce como cultura de La Ferrería.

Las faldas del cerro se nivelaron para construir la mayor parte de las unidades habitacionales. En la parte alta del cerro se localiza la Acrópolis, donde se levantan las construcciones de carácter ceremonial y algunas casas que probablemente fueron utilizadas por familias de alta alcurnia y por los sacerdotes del grupo.

Sin duda alguna, el edificio más notable, en la parte alta del cerro, es la llamada Pirámide de La Ferrería. Se trata de un basamento de dos cuerpos de baja altura construidos sobre una plataforma. En la parte superior se ve un área hundida que posiblemente estuvo techada.

La Pirámide, cuya planta es casi cuadrada, cuenta con escaleras y rampas, y en su ángulo noroeste tiene lienzos en forma de zig zag, lo que le da un aspecto muy atractivo. Las esquinas de las estructuras se alinean con el punto por donde sale el Sol el día del equinoccio de primavera, lo cual indica que los constructores tuvieron un claro interés por asociar de alguna manera el edificio con el universo.

El área hundida de la Pirámide en realidad es un patio cuadrado con accesos escalonados en la mitad de cada uno de los lados. Uno de ellos se encuentra asociado a una línea que parece partir del sur, de un abrigo conocido como Cueva Redonda; la línea cruza el acceso y se dirige hacia la Osa Mayor. Hay indicios de que la cueva fue ocupada en la antigüedad y es evidente que su entrada fue redondeada intencionalmente, lo cual permite suponer que en su interior debió celebrarse algún tipo de ceremonias relacionadas con las deidades del Norte, posiblemente con Tezcatlipoca.

 

Arturo Guevara Sánchez. Arqueólogo. Investigador del Centro INAH Chihuahua. Ha trabajado en distintos sitios arqueológicos principalmente del Norte de México.

 

Guevara Sánchez, Arturo, “La Ferrería, Durango”, Arqueología Mexicana núm. 51, pp. 54-57.

 

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