La genialidad de Yuri Knórozov

Ana Luisa Izquierdo y de la Cueva, Alfredo Barrera Rubio

Primer viaje

Luego de su viaje a Chiapas, Yuri Knórozov viajó a Oaxaca, donde visitó Monte Albán y de ahí se dirigió a Mérida, donde lo recibió uno de los coautores de este artículo, que en ese entonces era director del Centro INAH Yucatán (fig. 2). Los visitantes se alojaron en el Hotel El Conquistador, ubicado en el Paseo de Montejo (fig. 1) y conocieron la ciudad de Mérida. Visitaron también el Museo Regional de Mérida, Palacio Cantón, cuyo director era el doctor Peter Schmidt, quien amablemente los guió por las salas de exhibición e incluso en el área restringida de la bodega.

En días siguientes fueron a la zona arqueológica de Uxmal, donde los acompañó Alfredo Barrera Rubio (fig. 3), y visitaron los monumentos principales del sitio, como la Pirámide del Adivino, el Cuadrángulo de las Monjas, el Juego de Pelota, el Palacio del Gobernador y la Gran Pirámide de Uxmal.

Llamaba la atención que a pesar del calor sofocante, Knórozov usaba un saco negro, con corbata y sin sombrero. Era toda una personalidad y era de admirar que hubiera logrado la hazaña de haber encontrado el método para el desciframiento de la escritura jeroglífica maya sin haber conocido previamente los vestigios arqueológicos de las ciudades mayas y el medio ambiente en que se desarrollaron. El mismo día visitó la zona arqueológica de Dzibilchaltún, bajo la guía del arqueólogo Rubén Maldonado Cárdenas, quien tenía a su cargo el proyecto arqueológico de dicha zona.

Una de las visitas más anheladas de Yuri Knórozov, durante su estancia en Yucatán, fue Izamal, ciudad que quería conocer y que le traía el recuerdo del obispo fray Diego de Landa, quien fuera guardián del ex convento de San Antonio de Padua. Ahí tuvo la oportunidad de conocer el inmueble colonial y ser guiado por el abad fray Antonio Ramírez.

Fray Diego de Landa fue un personaje polémico, a quien Knórozov admiró y defendió en sus escritos. Y no era para menos, ya que la lectura de la obra de fray Diego de Landa le permitió obtener valiosa información, que le sirvió para descifrar la escritura jeroglífica maya.

Imagen: Yuri Knórozov durante su visita a Uxmal en 1992, con el arqueólogo Alfredo Barrera Rubio. Foto: Alfredo Barrera Rubio.

Ana Luisa Izquierdo y de la Cueva. Doctora en historia por la UNAM. Investigadora del Centro de Estudios Mayas, de donde ha sido coordinadora. Sus líneas de investigación son las instituciones políticas y jurídicas de los mayas de ayer y de hoy. Sus libros más importantes son: La educación maya en los tiempos prehispánicos (1983) y Alberto Ruz: Frente al pasado de los mayas (1987).

Alfredo Barrera Rubio. Doctor en antropología por la ENAH. Investigador del Centro INAH Yucatán. Su área de trabajo es la arqueología de la región nororiente de Yucatán. Recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Estatal de Rusia de Humanidades (2019) y el reconocimiento a su trayectoria por la Universidad Autónoma de Campeche (2021).

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Izquierdo y de la Cueva, Ana Luisa y Alfredo Barrera Rubio, “Yuri Knórozov en México”, Arqueología Mexicana, núm. 177, pp. 50-53.