Jeremy A. Sabloff
Cozumel fue un sitio fundamental para la red comercial del Posclásico, al cual acudían comerciantes y peregrinos que rendían culto a Ix Chel, diosa maya de la Luna.
Situada más o menos a 16 km de la costa oriental de la península de Yucatán, la isla de Cozumel fue un importante centro de comercio y un punto de peregrinaje durante el Posclásico. El lugar floreció desde 1250 d.C. hasta principios del siglo XVI, cuando formaba parte de la importante ruta comercial marítima que bordeaba la península y que abarcó desde Honduras hasta Tabasco y Campeche. En este asentamiento, el más oriental de los antiguos mayas, se encontraba el altar a Ix Chel, diosa maya de la Luna, el nacimiento y el tejido.
La isla de Cozumel tiene aproximadamente 392 km2 de superficie; está cubierta de bosque seco y suelos frágiles. La isla es plana: las mayores elevaciones apenas alcanzan los 15m. En los extremos norte y sur de la isla hay varias lagunas que probablemente fueron utilizadas como puertos de resguardo por las enormes canoas que recorrían las largas rutas comerciales.
En Cozumel se han encontrado más de 30 sitios con evidencia de ocupación en un periodo que abarca desde el Preclásico Tardío (300 a.C. -300 d. C.) hasta la llegada de los españoles. Estos sitios comprenden desde algunos mayores, situados tierra adentro, hasta altares aislados localizados a lo largo de la costa oriental de la isla y en partes de la costa occidental, algunos de los cuales han sido destruidos por construcciones modernas. Estos altares costeros, además de cumplir funciones religiosas, tal vez también sirvieron a los habitantes del interior de la isla como puntos de vigilancia y defensa. Los españoles cuentan que cuando sus barcos llegaron por primera vez a Cozumel vieron en los altares destellos que les parecieron fogatas de advertencia. La isla estaba cubierta por muros de dos o tres hileras de piedras, los cuales parece que sirvieron para delimitar los campos de cultivo o como linderos entre ellos.
Algunos de los sitios estaban unidos por medio de caminos elevados. San Gervasio, el mayor sitio de la isla, se encuentra en el interior, hacia el norte, y estaba unido al este y a las lagunas del norte mediante dichos caminos. Algunas partes de los caminos cruzan por lugares que se inundan en temporadas de lluvia. Los caminos eran utilizados para transportar mercancías de la costa hacia las zonas de almacenamiento del interior de la isla, y por ellos transitaban los peregrinos y comerciantes hacia los sitios importantes, como San Gervasio. Uno de los caminos que une a San Gervasio con las lagunas del norte cruza por un altar de cimientos circulares y por un arco cercano a los límites del pueblo.
San Gervasio
Es probable que San Gervasio fuera el centro político y económico de la isla y también pudo haber sido el lugar donde se localizaba el altar de Ix Chel. Hay cuatro conjuntos de residencias de la elite, muy similares en planta y estilo arquitectónico a los de centros importantes del Posclásico Tardío, como Mayapán y Tulum; tal vez se trate de las residencias de los gobernantes de la isla. Complejos similares se han encontrado en otros lugares, como Buena Vista y La Expedición; San Gervasio es el único sitio que tiene más de una de esas unidades residenciales. En estos sitios, así como en muchos otros, también se encuentran grandes plataformas de cascajo que pudieron haber servido como bodegas. La construcción de estas plataformas, que tienen de uno a varios metros de altura, implicó un gran esfuerzo; además, son significativamente mayores que aquellas sobre las cuales se edificaron residencias o edificios públicos y religiosos. Es probable que tuvieran techos perecederos para proteger las mercancías de las inundaciones y para que sirvieran de resguardo temporal de los bienes de intercambio, los cuales eran desembarcados en Cozumel para enviarse más tarde a su destino final. Los bienes se llevaban tierra adentro, a las bodegas, tal vez para evitar el saqueo en las costas.
El sistema de altares en la costa, la extensa red de muros, los caminos entre sitios y zonas con distintas funciones, nos hacen suponer que toda la isla funcionó como centro de intercambio y que estuvo regida por alguna autoridad central, tal vez con sede en San Gervasio. Cozumel estuvo ocupada desde el Preclásico Tardío hasta la Conquista; algunas partes de la isla fueron abandonadas desde el siglo XVII hasta el XIX y sólo se repobló después de 1847. En años recientes el motor de su desarrollo y crecimiento demográfico fue el turismo. Si bien la isla estuvo ocupada durante muchos siglos, su florecimiento se dio en el VIII.
Tomado de Susan Toby Evans y David L. Webster (eds.), Archeology of Ancient Mexico and Central America: An Encyclopedia. Garland Publishing, Nueva York, 2001.
Jeremy A. Sabloff. Williams Director del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pennsylvania y profesor de esta misma universidad. Doctor por la Universidad de Harvard con especialidad en arqueología de los antiguos mayas. Miembro de la Academia Nacional de Ciencias, de la Sociedad Filosófica Americana y de la Academia Americana de Artes y Ciencias. Autor de diversos libros y artículos sobre el México antiguo.
Sabloff, Jeremy A., “La isla de Cozumel”, Arqueología Mexicana núm. 54, pp. 42-45.
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