Uno de los factores que hicieron que el techichi desapareciera fue la rápida aceptación de los perros europeos por los mesoamericanos. En la conquista se usaron como perros de guerra el alano, el lebrel español (galgo) y el mastín, que eran animales de constitución musculosa y fuertes mandíbulas, y por eso excelentes guardianes y defensores de los soldados. A estos perros, que estaban entrenados para atacar y matar a los enemigos, se les llama genéricamente lebreles en los documentos de los primeros años de la conquista.
Tomado de Daniel Díaz, “Visual. El perro mesoamericano”, Arqueología Mexicana, núm. 125, pp. 64-69
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