La práctica del canibalismo

Stan Declercq

El consumo de un prisionero de guerra entre los nahuas del Posclásico Tardío

Antropofagia

La práctica de canibalismo (o antropofagia) entre los grupos nahuas del Posclásico Tardío del Centro de México es ampliamente (aunque no de manera detallada) documentada en las fuentes históricas del siglo XVI, tanto en textos en español como en náhuatl. El Códice Florentino, compuesto por el padre Bernardino de Sahagún, señala que antes de la invasión europea, los indígenas comían carne humana, quiquaya in tlacanácatl. Aparte disponemos de evidencias en restos óseos en algunos sitios arqueológicos de un tratamiento ritual después de la muerte que han sido calificadas por especialistas en antropología física como hipotéticos casos de consumo de carne humana.

A diferencia de otras culturas, los antiguos nahuas no comían a los fallecidos de su propio grupo (conocido como endocanibalismo funerario), sino que consumían la carne de un individuo ajeno a la propia comunidad (exocanibalismo). Se trata de dos grupos de personas consumidas. En primer lugar, algunos cautivos (no todos) o víctimas de guerra, principalmente guerreros nobles (no comían a la gente común, macehuales). Por lo general, se esperaba capturar a los adversarios para ser sacrificados y consumidos en casa, no obstante, había casos de canibalismo alejados de la comunidad si las condiciones para llevarlos a casa no eran favorables.

El segundo grupo de personas consumidas eran esclavos comprados que personificaban alguna deidad, llamados ixiptla (una teofagia –consumo de un dios– en forma de antropofagia). El consumo de esclavos en banquetes suntuosos era un privilegio de un grupo de comerciantes poderosos. Finalmente, las fuentes nos revelan algunos casos de canibalismo de espías o cautivos diversos por motivos meramente políticos, de venganza o castigo.

Imagen: A la izquierda de la imagen se aprecia una olla en la que se cuece un cuerpo durante una batalla. Relación de Michoacán, f. 19. Un sacerdote es cocido por venganza. Relación de Michoacán, f. 83v. Fotos: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

Stan Declercq. Arqueólogo por la ENAH con maestría y doctorado en estudios mesoamericanos por la UNAM. Posdoctorante en el posgrado de arqueología de la ENAH. Es autor del libro Cautivos del espejo de agua (inah/Bonilla).

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Declercq, Stan, “El consumo de un prisionero de guerra entre los nahuas del Posclásico Tardío”, Arqueología Mexicana, núm. 180, pp. 64-67.