Hallazgos recientes en el Nacional Monte de Piedad. Centro Histórico de la Ciudad de México
Casas de Axayácatl
Se sabe por fuentes históricas que las Casas de Axayácatl, padre de Moctezuma Xocoyotzin, ocupaban un espacio amplio con huerta y árboles que quedaba comprendido entre lo que son actualmente las calles de Madero, Monte de Piedad, Tacuba e Isabel la Católica. Sabemos esto a partir de las descripciones que nos dejaron los conquistadores españoles, entre ellos Hernán Cortés (2015), Bernal Díaz del Castillo (2000), Andrés de Tapia (2008) y Bernardino Vázquez de Tapia (1972), principalmente, así como de las narraciones de cronistas religiosos como fray Diego Durán (1995), fray Bernardino de Sahagún (1999), y de algunos códices virreinales entre los que podemos citar el Mendocino, el Florentino y la Relación Geográfica de Tlaxcala.
El 8 de noviembre de 1519, fecha en la que arriban los invasores españoles y sus aliados indígenas a Tenochtitlan, el tlatoani Motecuhzoma Xocoyotzin les permite alojarse en las Casas Viejas que habían pertenecido a Axayácatl, que se ubicaban en el lugar que hoy ocupa el Nacional Monte de Piedad.
Acuartelados los españoles en el Palacio de Axayácatl, diversos hechos se suscitaron entonces; por ejemplo, adecuaron una habitación para dar misa y ahí estuvieron cautivos Motecuhzoma Xocoyotzin, tlatoani de Tenochtitlan (Díaz del Castillo, 2000, pp. 182-185), Cuitláhuac, señor de Iztapalapa, Cacamatzin, tlatoani de Tetzcoco, e Itzcuauhtzin, señor de Tlatelolco (Códice Florentino, lib. XII, f. 40v.), entre otros nobles mexicas; durante la matanza de tóxcatl en el Templo Mayor, los españoles se replegaron y regresaron a las Casas Viejas de Axayácatl. En la arremetida de los mexicas en contra de los españoles, le prendieron fuego al edificio y lanzaron piedras con hondas, varas y flechas desde los techos de los edificios vecinos. Algunos guerreros mexicas intentaron entrar al Palacio haciendo agujeros en los muros, logrando que uno de éstos se derrumbara, pero al penetrar fueron rechazados.
Las casas de Hernán Cortés
Una vez que hubo sucumbido Tenochtitlan a manos de los invasores españoles y sus aliados indígenas, los mexicas sobrevivientes fueron obligados a destruir con sus propias manos sus templos y palacios, y con los mismos materiales construyeron las nuevas casas e iglesias cristianas. Esta misma suerte corrió el Palacio de Axayácatl, el cual fue destruido casi hasta sus cimientos. Muestra de ello son los resultados de las excavaciones que llevamos a cabo entre 2017 y 2018 en el Nacional Monte de Piedad, donde se detectaron los restos de pisos de lajas de basalto de la época prehispánica que evidencian que hubo un patio abierto dentro del área que ocupó el Palacio de Axayácatl. Asimismo, asociados a los rellenos, es común encontrar piedras de tezontle y basalto, algunas de ellas labradas, y fragmentos de esculturas, así como cerámica y lítica que denotan la destrucción que en esa área se realizó después de la invasión española.
Una muestra palpable de la reutilización de los restos de materiales de lo que debió ser el Palacio de Axayácatl, es el cuarto del periodo Virreinal Temprano (1521-1620) que se excavó extensivamente en esa temporada, y el cual fue construido con sillares de tezontle y basalto que incluye algunos bloques empotrados con representaciones prehispánicas en alto relieve. Las casas que se construyeron por encargo de Hernán Cortés y que habitó por algunos años, fueron también sede temporal del primer Cabildo de la Nueva España hacia 1525 y del Marquesado del Valle de Oaxaca, título nobiliario para hacerse cargo de una especie de gobierno que le fue concedido a Cortés por sus servicios a la corona en 1529. A la muerte del conquistador, ocurrida en 1547, sus descendientes heredaron las casas que fueron construidas con las mismas piedras del Palacio de Axayácatl, las cuales rentaron como accesorias y para fines de habitación.
Imagen: Izquierda: Cuarto de la Casa de Hernán Cortés. Muros este y sur. En el fondo se observan los restos de un piso prehispánico, hecho de lajas de basalto; el siguiente nivel es un relleno, producto de la destrucción del Palacio de Axayácatl, que sirve de base a una plantilla de lajas de basalto sobre la que descansa el muro virreinal. Derecha: Ubicación del área de trabajos arqueológicos. Fotos: Raúl Barrera / PAU.
Raúl Barrera Rodríguez. Arqueólogo por la ENAH, investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH. Responsable del Programa de Arqueología Urbana.
José María García Guerrero. Pasante de Arqueología por la ENAH. Colaborador del Programa de Arqueología Urbana.
Barrera Rodríguez, Raúl y José María García Guerrero, “Hallazgos recientes en el Nacional Monte de Piedad. Centro Histórico de la Ciudad de México”, Arqueología Mexicana, núm. 163, pp. 34-41.