Los caminos prehispánicos de Yucatán

Rubén Maldonado Cárdenas

Originalmente construidos para comunicar a los edificios de un sitio, los sacbe’ob, “caminos”, de la península de Yucatán fueron creciendo y enlazando también a una ciudad con otra, en la medida que algunos sitios adquirieron mayor importancia y se convirtieron en centros hegemónicos durante el Clásico Tardío.

 

Los sistemas de caminos (sacbe’ob) artificiales prehispánicos de Yucatán han sido considerados como la evidencia de la existencia de una jerarquía regional entre los sitios del Clásico Tardío en distintos momentos. Algunos sitios mayas sobresalieron por concentrar un poder mayor y ejercer hegemonía, y esto se materializó en el conjunto formado por los sacbe’ob, en los asentamientos situados en sus extremos y en los sitios menores que, durante su expansión y desarrollo, se incorporaron a esas entidades económico-sociales. Los sacbe’ob se construyeron de manera similar a la de las plataformas prehispánicas, y se prolongaban en el terreno hasta alcanzar la longitud deseada. 

Sus largos costados están limitados por muros de contención y su núcleo se rellenó con grandes piedras al fondo y grava en la superficie, donde lleva una gruesa capa de estuco, equivalente al pavimento moderno; su altura promedio es de un metro.

Esos sistemas se pueden localizar claramente en cuatro regiones de la península de Yucatán: el sacbé Cobá-Yaxuná (100 km de largo por 10 m de ancho) se encuentra en el oriente, y cuenta con la mayor red de caminos; al centro se encuentra el que une a Aké con Izamal (32 km por 12 m); hacia el centro noroeste está el de Ucí-Cansahcab (18 km), y más al suroeste de la zona central norte se encuentra el de Uxmal-Kabah (18 km).

 

Origen de los caminos

 

Las exploraciones arqueológicas en Aké mostraron la existencia de caminos cortos entre grupos de edificios desde el Preclásico Tardío (300 a.C.-250 d.C.). Había caminos interiores en muchos lugares del área maya, que pueden considerarse como los que originaron los grandes caminos exteriores que enlazaron ciudades en el Clásico Tardío, entre 600 y 800 d.C. 

Todos los sitios importantes tuvieron plazas centrales, de donde salieron o por donde pasaron los sacbe’ob exteriores. Una de las plazas mayores fue la de Izamal y por estar rodeada de gigantescos edificios se le conoció como “la ciudad de los cerros”. Hoy en día éstos han quedado inmersos en la ciudad actual, que aún no rebasa los límites de lo que fue la urbe prehispánica. La plaza actual de Cansahcab debió ser parte de la antigua plaza prehispánica. El caso de Ucí es semejante, aunque ahí los conquistadores se asentaron en Motul, poblado muy próximo a Ucí, circunstancia que permitió su conservación. Cobá, una de las urbes más grandes del mundo maya, fue cubierta por la selva, y Uxmal quedó aislada en la serranía del Puuc, región en que el agua era escasa y que tuvo un menor desarrollo en tiempos posteriores. Por lo mismo, estos dos últimos lugares fueron menos afectados por los acomodos de los conquistadores que se establecieron en Yucatán en el siglo XVI.

Alrededor de las plazas centrales de todos esos asentamientos se encontraba la zona habitacional, que conforme se alejaba del centro se hacía más dispersa. La zona habitacional estaba compuesta por plataformas de plantas rectangulares sobre las que se asentaban las viviendas, en las que había grandes piedras de molienda que indicaban su carácter habitacional simple y las actividades domésticas que ahí se realizaban.

 

Maldonado Cárdenas, Rubén, “Los caminos prehispánicos de Yucatán”, Arqueología Mexicana núm. 81, pp. 43-47.

 

• Rubén Maldonado Cárdenas. Maestro en arqueología. Investigador del Centro INAH Yucatán. Director del Proyecto Dzibilchaltún.

 

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