En la península de Baja California hay una amplia distribución de petroglifos, grabados sobre basalto, cuya temática es paralela a la pintura rupestre. No es posible determinar si fueron realizados por los mismos grupos que elaboraron la pintura rupestre, aunque es muy probable que así fuera. Los petroglifos y las pinturas rara vez aparecen en el mismo sitio, ya que su ubicación parece responder a criterios distintos. Los petroglifos se encuentran muchas veces en las cercanías de los aguajes y en estos casos predominan las representaciones de fauna marina.
Al igual que la pintura rupestre, son muy variados sus niveles de calidad, aunque, a diferencia de ésta, su fechamiento es sumamente difícil e inexacto, ya que no contienen material orgánico. Sin embargo, se puede hacer una estimación de su antigüedad por la reoxidación del basalto de las ranuras que forman los diseños. Este proceso es sumamente lento y variable según el contenido férreo del basalto utilizado, el ritmo al cual este se reoxida al quedar expuesto por las ranuras y la cantidad de humedad del medio ambiente. Se ha calculado que la reoxidación en zonas áridas puede tardar hasta 3 000 años, según expertos en la materia.
Tomado de Enrique Hambleton, “Lienzos de piedra”, Arqueología Mexicana núm. 62, pp. 46-51.
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