Preso Cuauhtémoc y otros nobles, fueron sometidos a interrogatorios por Cortés, quien deseaba saber el destino del oro que guardaban los mexicas. Aunque recibió una canoa llena de toda clase de objetos de ese metal, Cortés no quedó satisfecho y sometió a tortura a sus prisioneros, entre ellos el propio Cuauhtémoc. Al tlatoani le quemaron los pies buscando que revelara el paradero del resto del oro. De acuerdo con Francisco Gómara, quien hizo una historia basada en los testimonios de los mismos conquistadores, uno de los principales que era torturado junto con Cuauhtémoc le solicitó que dijera algo, a eso Cuauhtémoc “lo miró con ira y lo trató vilísimamente como muelle de poco esfuerzo, preguntándole si estaba él en algún deleite o baño”.
En adelante Cortés, quien temía que pudiera causar problemas con los mexicas, retuvo a Cuauhtémoc que aunque no se le consideraba formalmente prisionero, en los hechos lo era. Aun así, Cuauhtémoc intercedió repetidamente a favor de su pueblo ante los inmediatos abusos de los españoles. Las circunstancias precisas de la muerte de Cuauhtémoc son aún objeto de controversias. Lo que si sabemos es que cuando Cortés realizó una expedición a Las Hibueras, decidió llevar consigo a Cuauhtémoc y al señor de Tlacopan, pues creía que si los dejaba en México podían levantar a los mexicas. En ese viaje, alegando un supuesto complot de parte de Cuauhtémoc, Cortés ordenó ejecutarlo. Se dice que Cuauhtémoc fue bautizado antes de morir con el nombre de Hernando de Alvarado Cuauhtemotzin, aunque algunos documentos coloniales se refieren a él como don Fernando Cortés Cuauhtémoc Huitzilíhuitl. La muerte del último tlatoani mexica ocurrió en Itzamkánac en 1525. No se sabe el destino que tuvieron sus restos.
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Tomado de Enrique Vela, Arqueología Mexicana, Especial 40, Los tlatoanis mexicas. La construcción de un imperio.