Un recorrido por la iconografía, la técnica de manufactura y el proceso de restauración de la escultura ligera del siglo XVI del apóstol Santiago Matamoros, conforma la exposición temporal Santiago. Un caballero con alma de maíz, que se exhibirá a partir del 23 de abril de 2016 en el Museo Nacional del Virreinato (MNV).
La escultura de Santiago es de grandes dimensiones (239 x 224 x 100 cm) y destaca por su técnica de manufactura. “En España se hacían esculturas ligeras con una técnica similar llamada papelón, pero aquí se incluyó la caña de maíz y muchos Cristos de este material fueron llevados a Europa”. La exhibición también dará la oportunidad de conocer la iconografía del apóstol, que llegó a ser defensor de los indígenas en la Nueva España, y aún es venerado en más de 300 sitios de la República Mexicana. La imagen de Santiago en el arte se ha construido a lo largo de los siglos por medio de la literatura y la leyenda. Su figura se ha transformado desde los primeros siglos del cristianismo cuando aparecía como un apóstol portando un libro o pergamino, hasta el Matamoros cargado en procesión por los caminos del México actual.
La muestra está dividida en cuatro unidades: la primera explica las variantes iconográficas del personaje; la segunda se centra en los aspectos tecnológicos y radiográficos (radiografías que se tomaron a la escultura), la descripción de materiales, la manufactura y el ensamblado, así como en el vínculo entre funcionalidad y técnica. La tercera presenta la intervención realizada recientemente a la pieza para devolverle aspectos originales y preservar su estado de conservación. La cuarta ofrece contenidos y actividades en torno a la vigencia del culto a Santiago, así como la pervivencia de la técnica conocida como “escultura ligera” para elaborar piezas utilizadas en procesiones.
La escultura de Santiago fue elaborada probablemente en un taller del centro de México en la segunda mitad del siglo XVI. Se trata de un conjunto sobresaliente dentro de la producción escultórica virreinal, por ser un ejemplo de figura procesional de grandes dimensiones. Para cumplir con esta función, la pieza debía tener la ligereza suficiente para ser cargada en andas durante las procesiones en las que salía al exterior del templo como parte de la festividad religiosa. Fue elaborada por medio de la técnica de “escultura ligera”, la cual conjugaba técnicas europeas con la incorporación de materiales y saberes prehispánicos, convirtiéndola en una de las aportaciones representativas de la imaginería mexicana. Se sabe que su manufactura resultó más compleja, luego del hallazgo de diversos materiales en las piezas —papel amate, papel de algodón, textiles, madera de colorín, entre otros—, aparte de la caña de maíz. El nombre de la técnica deriva de la característica común de estos materiales: la ligereza. Uno de los objetivos de la muestra es conocer cómo se construyó y los materiales que lo conforman, lo que permite entender otros aspectos históricos y tecnológicos que ofrecen una visión más amplia de lo que este conjunto representa, siendo a su vez una aportación sustantiva para el conocimiento de nuestra cultura y de la historia del arte en nuestro país.
La exposición temporal incluye la exhibición de dos óleos en tela del siglo XVIII: Santiago apóstol, plasmado por Juan de Mora, y Santiago Matamoros, de autor anónimo; esculturas ligeras de autoría anónima del siglo XVI, como la policromada de Santiago, y Virgen, talla policromada y dorada; Santiago, manufacturada por Roberto Gregorio Cruz Floriano (1967-2013), y un crucifijo (ca. de 1560), elaborado en el taller del Santo Cristo del Bachiller, vinculado con el Cristo de Toro, Zamora, España.
Santiago. Un caballero con alma de maíz permanecerá hasta el 31 de julio de 2016 en el en el Museo Nacional del Virreinato (Plaza Hidalgo 99, Barrio San Martín, Tepotzotlán, Estado de México), de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas.