Fundada por miembros disidentes de la elite mexica en 1337, México-Tlatelolco compartió el esplendor de México-Tenochtitlan, si bien buena parte de su historia permaneció bajo su dominio tras una cruenta guerra fraticida. El desarrollo de la ciudad se basó, en gran medida, en su papel de enclave comercial de la Triple Alianza, entidad política –encabezada por los mexicas– que dominaba la mayor parte de Mesoamérica a la llegada de los españoles, y su mercado era considerado el más rico e importante de su época. Además, Tlatelolco fue el último reducto de la resistencia mexica ante las huestes de Cortés.
La ciudad
La ciudad fue establecida al norte de Tenochtitlan, en una isleta llamada Xaltelolco, “lugar del montículo redondo de arena”. Con el tiempo sería conocida como Tlatelolco, “montículo redondo”, nombre que hasta ahora conserva la zona. Su glifo consta de un montón de arena acompañado por elementos como un águila, un escudo, una lanza y una macana.
Investigaciones
Las exploraciones arqueológicas en el sitio han arrojado abundantes evidencias sobre la importancia de la ciudad. Además de sacar a la luz su centro ceremonial, de grandes dimensiones y muy semejante al de Tenochtitlan, se han rescatado piezas de gran valor cultural y en no pocos casos de características únicas.
Documentos
Para la reconstrucción de la historia tanto prehispánica como posterior a la conquista española de Tlatelolco se cuenta con un valioso acervo de fuentes como el Códice de Tlatelolco, las Ordenanzas del Señor Cuauhtémoc y crónicas de los conquistadores españoles.
Tomado de Arqueología Mexicana núm. 89, pp. 26-27.
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