Escogí para esta entrega del “Anecdotario arqueológico”, la introducción a mi antología Vida, pasión y muerte de Tenochtitlan (2014), porque en estas fechas se cumple la caída de la ciudad tenochca hace 500 años.
Hoy vamos a tener el privilegio de escuchar las voces del pasado. Voces que fueron protagonistas de los sucesos que llevaron a la admiración y destrucción de una de las grandes ciudades mesoamericanas: Tenochtitlan. Corría el mes de agosto de 1521. Después de un asedio de tres meses de la ciudad mexica y su vecina Tlatelolco por parte de las fuerzas peninsulares y sus aliados indígenas, caía en su poder la otrora orgullosa Tenochtitlan, cuyo solo nombre hacía temblar a sus múltiples vasallos y que ahora, soportando hambrunas y desventuras, era presa de sus enemigos.
Una vez lograda la conquista militar daría comienzo la conquista del espíritu. La tarea la emprendió la Iglesia por medio de las primeras tres órdenes religiosas llegadas a tierras mesoamericanas: franciscanos, dominicos y agustinos. Fueron varios años de imposición por una parte y de resistencia por la otra. Sin embargo, de los escritos de los cronistas nos ha quedado un rico y variado legado que nos refieren múltiples facetas de lo que fue la ciudad mexica, desde su nacimiento hasta su destrucción. A través de las siguientes páginas vamos a aproximarnos a tres aspectos importantes:
1. La descripción, no exenta de admiración, que de la ciudad de Tenochtitlan hacen cronistas soldados como Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo. La ciudad vivía momentos de grandeza que no pasan inadvertidos ante los ojos, absortos, de los recién llegados que todo lo escudriñan, lo ven lo perciben y lo comparan con lo que les es propio.
Imagen: Luis Covarrubias, Panorama de México-Tenochtitlan, siglo XVI, 1964. Museo Nacional de Antropología. Foto: INAH.
Eduardo Matos Moctezuma. Maestro en ciencias antropológicas, especializado en arqueología. Fue director del Museo del Templo Mayor, INAH. Miembro de El Colegio Nacional. Profesor emérito del INAH.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Matos Moctezuma, Eduardo, “Vida, pasión y muerte de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 169, pp. 82-83.