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Se trata de uno de los siete ejemplos que dio a conocer el historiador novohispano Mariano Fernández de Echeverría y Veytia (1720-1780) en su obra intitulada Historia antigua de México, texto que el autor dejó inconcluso. La rueda número cinco es una cuenta de 365 días. La parte exterior está dividida en 19 secciones, correspondientes a cada una de las 18 fiestas o veintenas, sistema que se usó ampliamente en varias áreas de Mesoamérica antes de la llegada de los españoles. Un segmento adicional sirvió para incluir los cinco días aciagos o nemontemi. Las ilustraciones correspondientes al nombre de cada “mes”, se acompañan de glosas en español. La identificación de las fiestas será tratada en la parte final de esta nota. Al centro se añadió una media luna con rostro humano y un texto que explica que se trata de una “Quenta y Orden de los Mezes de todo el Año atribuidos a la Luna que un mez de veinte días llaman una Luna”. En la lengua náhuatl, la palabra metztli significa luna o “mes” (veintena), además de muslo o pierna. En este calendario no se intentó una correlación con la cuenta mensual del calendario europeo, ni tampoco se hace referencia a los signos de los días, como se muestra en otros ejemplos. Existe en la colección de pictografías de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia una copia de esta rueda, producto de un artista anónimo (MNA 35-125) y realizada después de la aparición, en 1770, de la obra de Francisco Antonio Lorenzana, Historia de la Nueva España... Ahí se agregó una glosa que aclara la razón por la que Lorenzana nombró nenontemi a los cinco días sobrantes.
Fecha de elaboración. La rueda es una copia tardía de un prototipo ahora perdido. Eduard Seler supuso que el original podría fecharse hacia 1654, como el Calendario Veytia número 1.
Lugar de origen. Francisco Xavier Clavijero menciona que el término xilomaniztli y otros más de las fiestas de este calendario tienen origen tlaxcalteca. También se ha considerado el principio del calendario en la fiesta de atemoztli, como un rasgo de los calendarios tlaxcaltecas. Otro dato que apoya este origen es el que proponen George Kubler y Charles Gibson, apoyados en un párrafo escrito por Lorenzo Boturini Benaduci en su Catálogo del Museo Histórico Indiano (1746). Ahí afirma estar en posesión de una rueda (¿calendárica núm. 5?), en papel europeo, “…copiada de otras antiguas por el Bachiller Don Manuel de los Santos y Salazar, cura que fue de Quauhpiaztla, y Cazique Patricio de Tlaxcallan…” Además, Veytia relata que las ruedas números 5 y 7 que copió (¿o poseyó?) para documentar su obra, pertenecieron a la colección de Boturini.
Pero existe una prueba iconográfica muy significativa para adscribir un origen tlaxcalteca. En las representaciones de las veintenas de tecuilhuitzintli y huey tecuílhuitl aparecen dos cabezas de caciques que portan elaboradas orejeras, diademas de color rojo, y bandas entrelazadas rojiblancas, atadas alrededor de la cabeza, acompañadas de plumas blancas y plumones (¿aztaxelli?). Como lo ha probado en un extenso trabajo Henry B. Nicholson, esas bandas bicolores fueron de uso exclusivo de los gobernantes y nobles de Tlaxcala
Características físicas. La copia del calendario fue realizada en una hoja de papel europeo con marcas de agua. Mide 32.7 cm por 45.7 cm.
Formas y colores. El estilo es completamente europeo, pero derivado de prototipos nativos. El calendario es un caso de europeización formal y de color de un prototipo que fue elaborado por artistas indígenas. El ejemplo que reproducimos refleja la obra de un copista que ejerció gran cuidado en su trabajo. Las glosas en español son legibles a primera vista.
Breve historia del códice
John Glass opina que los originales de las siete ruedas calendáricas están perdidos, con la posible excepción del Calendario No. 2. Quizá cinco copias de los calendarios estuvieron en la colección de Boturini y, como se ha mencionado previamente, un noble tlaxcalteca, Manuel de los Santos y Salazar, estuvo involucrado en la manufactura de alguna o algunas de las copias más antiguas. La rueda núm. 5 fue por primera vez publicada en 1770, en la obra citada del arzobispo Lorenzana. A partir de ese tiempo, se realizó un número aún indeterminado de copias. La rueda se reprodujo en la obra de Veytia, Historia antigua de México (1836 y 1944), de manera incompleta y sin las glosas. Fue hasta 1907, cuando se dan a conocer los siete calendarios, además de la llamada Rueda calendárica de [Eugène] Boban, procedente del Acolhuacan-Texcoco, en litografías a color de excelente calidad.
Principales estudios
El mismo Veytia escribió un estudio sobre la cronología de los antiguos mexicanos, como parte de su obra inconclusa, la Historia antigua de México. Los capítulos 1-11, referidos a este tema, acompañados de siete ruedas calendáricas –más la de Boban–, fueron dados a conocer en 1907 por el Museo Nacional de México, con un estudio introductorio de Genaro López. Se agregó un “Kalendario tolteco” copiado de uno recogido por Boturini y una correspondencia de años cristianos e indígenas preparada por Francisco Fernández del Castillo. Una reciente edición facsimilar de esta obra fue dada a conocer por el Conacyt en 1997, bajo el título de Calendarios mexicanos. En 1951, George Kubler
y Charles Gibson, a propósito de su análisis del Calendario de Tovar (ca. 1585), se dieron a la tarea sistemática de comentar y analizar los ejemplos existentes de cuentas de 365 días, entre ellas las dadas a conocer por Veytia. John Glass realiza un muy útil análisis de los siete calendarios en su Catálogo de la colección de códices, depositados en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (pp. 102-104). Este texto, corregido y aumentado, fue reproducido en el censo de pictografías del Handbook of Middle American Indians.
Otros títulos. Calendario mexicano de Veytia número 5.
Lugar donde está depositado
La copia que acompaña esta nota, forma parte del manuscrito que se guarda en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (35-54), que también contiene los once primeros capítulos del texto de la historia de Veytia. El repositorio posee igualmente una copia (35-125), con una glosa aclaratoria, a la que nos hemos referido previamente.
Xavier Noguez. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense, dedicado al estudio y publicación de códices coloniales del centro de México.
Noguez, Xavier, “Rueda Calendárica No. 5 de Veytia”, Arqueología Mexicana, núm. 118, pp. 16-17.
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