Arqueología y artes plásticas en México, 1911-1964
La Revolución Mexicana trajo consecuencias que se manifestaron en muchos aspectos de la vida nacional. No sólo fue un cambio de régimen político, sino que se presentaron transformaciones en diversos órdenes como la economía, formas de organización social, la educación y otros más.
El ámbito de la cultura también tuvo el impacto del movimiento armado y fue así como surgieron nuevas formas de ver el pasado y una nueva concepción acerca del contenido de las diferentes expresiones artísticas. No era necesario, pues, haber tomado las armas, sino que aquel movimiento de manera evidente ponía las bases para una nueva idea de México.
En este especial de Arqueología Mexicana presentamos la manera en que nuestros artistas contemporáneos incorporaron en su quehacer algunas de las manifestaciones artísticas de los pueblos originarios. Para tratar sobre el tema, acudimos a un especialista en la materia, como lo es el doctor Renato González Mello, investigador e historiador del arte del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, quien nos da en sus palabras una visión bien documentada de los principales exponentes que se manifestaron de diferentes maneras y dejaron su impronta en murales y otras expresiones, de manera que aquel pasado se convertía en presente.
González Mello comienza su escrito a partir de ensamblar la relación de la arqueología y las presencias artísticas contemporáneas. La figura de don Manuel Gamio cobra aquí relevancia en lo que a la arqueología se refiere. En su libro Forjando Patria. Pro-nacionalismo, Gamio planteaba una manera diferente de apreciar el arte antiguo en el artículo “El concepto del arte prehispánico”, en el que tras analizar las bases del arte occidental pasaba a mostrar las características propias de las expresiones estéticas de las sociedades prehispánicas.
Llevó a cabo un experimento que planteó así: “… expusimos ante observadores de reconocida cultura artística occidental, pero profanos en lo relativo a las civilizaciones precolombinas, diversas manifestaciones de arte prehispánico y dichos observadores declararon que algunas de esas manifestaciones les parecían artísticas, en tanto que otras les eran indiferentes y hasta repulsivas”.
Tras lo anterior, Gamio hizo ver que en aquella apreciación había un fraude psicológico, ya que las primeras eran más afines con el arte occidental: “las primeras agradan, parecen artísticas, despiertan emoción estética en observadores de criterio occidental”, ya que morfológicamente les recuerda el arte clásico, en tanto que con las segundas no ocurre así.
Con este planteamiento experimental, Gamio ponía sobre bases firmes los principios esenciales acerca del arte y lo expresaba así: “Ante el arte no hay pueblos excluidos ni pueblos predilectos: está en todas las latitudes y en todos los corazones; sus diversas modalidades y aspectos, señalan el modo de sentirlo y expresarlo que tienen las agrupaciones humanas” (Gamio, 1986, p. 63).
Imagen: Diego Rivera, Cultura Purépecha, 1942 (detalle). Muro norte, Palacio Nacional. Foto: Oliver Santana / Raíces, © Banco De México.
Eduardo Matos Moctezuma. Maestro en ciencias antropológicas, especializado en arqueología. Fue director del Museo del Templo Mayor, INAH. Miembro de El Colegio Nacional. Profesor emérito del INAH.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Matos Moctezuma, Eduardo, “Presentación”, Arqueología Mexicana, Edición especial, núm. 105, pp. 8-9.