El Templo de Quetzalcóatl muestra ambos aspectos con la presencia del sacrificio y los símbolos relacionados con fertilidad, vida, etc.

La relación de la serpiente emplumada teotihuacana con el agua celeste y la terrenal tal vez incluyó al viento, elemento por excelencia encarnado por Quetzalcóatl entre los aztecas del Posclásico.

Es uno de los conjuntos más notables de Teotihuacan, por sus impresionantes dimensiones y su lograda arquitectura.

Es, por su rica y compleja decoración, uno de los edificios más bellos no sólo de Teotihuacan sino del México prehispánico.