Es uno de los conjuntos más notables de Teotihuacan, no sólo por sus impresionantes dimensiones –las cuatro plataformas que encierran al conjunto miden cada una 400 m–, y su lograda arquitectura, sino por su ubicación en el centro de la ciudad, lo que ha llevado a suponer que por lo menos en cierta época el interior de este conjunto funcionaba como residencia de los gobernantes. Sobre las grandes plataformas que conforman el cuadrángulo se localizan 15 templos que muestran las características típicas de la arquitectura teotihuacana, y en los que debieron realizarse ceremonias públicas.
La Ciudadela, en cuyo interior cabían cerca de 100 000 personas, alberga la Pirámide de la Serpiente Emplumada (también conocida como Templo de Quetzalcóatl), la Pirámide Adosada, el edificio de los Altares Superpuestos y dos conjuntos habitacionales situados a los costados de la pirámide. Estos últimos tienen la disposición típica de la ciudad y muestran ciertos rasgos –como el acceso restringido, fosas para almacenamiento y un gran número de cuartos– que hacen pensar que fueron utilizados como residencias de los encargados del culto en la pirámide o de los gobernantes de la ciudad.
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Tomado de Arqueología Mexicana, Especial 28, Teotihuacan, guía visual.