Tajín es una de las zonas arqueológicas más relevantes de México. Lo sería tan sólo por la extraordinaria calidad de sus monumentos, que bien valen la visita, pero lo es además por su papel tan especial en el transcurso de la historia del área mesoamericana.
Tajín llegó a albergar entre 15 000 y 20 000 habitantes. Su centro urbano estaba conformado por un conjunto monumental de pirámides, juegos de pelota y palacios.
Enrique Vela
Uno de los aspectos que distingue a Tajín es la profusión de relieves, esculturas y pinturas murales que dan cuenta lo mismo de hechos históricos que de eventos míticos
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Es una zona cuya arquitectura se distingue claramente de la del área central del sitio. Si bien en lo que respecta a la decoración muestran el mismo estilo, la distribución, el tamaño y ciertas características de los edificios indican que aquí se encontraban las habitaciones de los dirigentes y los espacios para la administración de la ciudad. La ubicación misma de Tajín Chico, en la parte más elevada, estaba relacionada con el estatus privilegiado de sus ocupantes y el acceso a ella estaba restringido.
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Ubicada en la parte más alta de la ciudad, esta estructura se distingue porque aquí se localizaron fragmentos de columnas esculpidas que ahora se encuentran en el museo de sitio. Al parecer, esos fragmentos corresponden a tres columnas que sostenían el pórtico del edificio. El motivo principal de las escenas grabadas en las columnas es la exaltación de los gobernantes del sitio. Uno de ellos, el llamado 13 Conejo, es representado varias veces.
Enrique Vela
Situado en las cercanías de la Pirámide de los Nichos.