La Pirámide de los Nichos es la construcción más conocida del Tajín y de hecho se encuentra entre los mejores ejemplos de la arquitectura prehispánica. Por ello no es casual que las distintas expediciones que llegaron al sitio en la época previa al inicio de las exploraciones arqueológicas hicieran énfasis en este monumento, el cual, si bien semicubierto por la selva, dejaba ver su peculiar decoración arquitectónica, mientras que el resto de los edificios se encontraban cubiertos por la selva. El hecho de que la Pirámide de los Nichos se encuentre asociada a una plaza relativamente pequeña, sobre todo si se considera la importancia que implica su cuidadosa y elaborada construcción, ha llevado a pensar que fue levantada en una sola etapa, en las últimas épocas de la ciudad, hacia 1100-1150 d.C. La pirámide está formada por seis cuerpos, tiene aproximadamente 18 m de altura y se distingue por su decoración en forma de nichos. Ya que el total de nichos es de 365, el monumento ha sido asociado con el ciclo anual del Sol.
Hay varios edificios asociados a la Pirámide de los Nichos, como los que llevan los números 2, 3, 4 y 5. En ellos, y en la propia Pirámide de los Nichos, se localizó una gran cantidad de monumentos con grabados que aluden a los gobernantes de la ciudad y a sus deidades. En algunos casos se hace referencia a mitos y ritos, con tal detalle, que arrojan luz no sólo sobre la cosmogonía del lugar sino acerca de la época prehispánica en general.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.
Vela, Enrique (editor), “Plaza de los Nichos”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 60, pp. 42-47.