190. El ADN antiguo de México

El ácido desoxirribonucleico (ADN, o DNA por sus siglas en inglés) es una molécula que se forma a partir de cuatro bases que se emparejan entre sí formando pares: adenina (A) con timina (T) y citosina (C) con guanina (G). Cuando las bases se unen a una molécula de azúcar y a una de fosfato se forma un nucleótido. Los nucleótidos están acomodados en dos hebras largas en forma de espiral, como una escalera, a la que se le llama doble hélice. El ADN se encuentra dentro de las células y se encarga de transportar la información genética de una generación a otra, lo que permite a un organismo vivo desarrollarse y funcionar. Cuando el ADN de los organismos no pasa a la siguiente generación se extingue; sin embargo, los restos pueden quedar como parte del registro arqueológico, paleontológico o incluso como ejemplares en museos y colecciones científicas por cientos de años. Al ADN de estos organismos se le denomina antiguo (ADNa) y su análisis permite entender las relaciones que existen a nivel genético con sus parientes contemporáneos y con los más cercanos a través del tiempo, así como comprender su evolución, diferencias en sus secuencias de ADN con otros organismos, e incluso inferir si han pasado por un proceso de domesticación.

Mediante los artículos reunidos en este número de la revista podremos conocer el gran trabajo de científicos, en su mayoría mexicanos, que decidieron adentrarse en el mundo del ADNa, lo que nos ayudará a conocer los cambios del entorno que han compartido históricamente humanos, animales y plantas con los cambios ambientales a lo largo de la historia de nuestro planeta.

CONTENIDO

Premio “Federico Sescosse” Del Icomos México, A Eduardo Matos Moctezuma. Eduardo Matos Moctezuma, p. 9-10. Entrega de la Tumba Tebana 39. Un proyecto binacional de recuperación cultural entre México y Egipto, pp. 10-11.  Algunas imágenes de Tezcatlipoca, Xavier Noguez, pp. 12-15. Afortunados (e inesperados) hallazgos en el archivo histórico del arzobispado de México, Carlos Arturo Hernández Dávila, pp. 16-17. La aparición de la Virgen en San Felipe Tejalapam, Oaxaca. Parte 1, Alicia M. Barabas, pp. 18-19. Animales en la toponimia, Manuel A. Hermann Lejarazu, pp. 20-21. El Cuartillo de Santo Domingo Chimalhuacán y los cofres de mazorcas, Leonardo López Luján, Nicolás Latsanopopulos, pp. 22-33. El ADN antiguo. Un acercamiento a su análisis, Edith Araceli Fernández Figueroa, Deborah V. Espinosa Martínez, César A. Ríos Muñoz, Joaquín Arroyo Cabrales, pp. 34-39. El ADN antiguo: perspectivas, Stephanie Dolenz, Samantha López Clinton, Peter D. Heintzman, pp. 40-45. Estudio paleogenómico en población prehispánica de la Sierra Gorda de Querétaro, María C. Ávila Arcos, Viridiana Villa Islas, Miriam Bravo López, Elizabeth Mejía Pérez Campos, pp. 46-51. Estudios zoológicos y ADN antiguo. Roedores en el contexto evolutivo, Tania Anaid Gutiérrez García, pp. 52-56. Mamuts de la Cuenca de México, Federico Sánchez Quinto, pp. 57-61. El ADN antiguo y los guajolotes mexicanos, Aurélie Manin, pp. 62-66. La paleogenómica y el estudio de la domesticación de plantas mesoamericanas, Marcela Sandoval Velasco, pp. 67-73. La “alteridad constitutiva” como motivo para imitar el estilo foráneo en el mundo prehispánico, Stan Declerq, pp. 74-79. Un enigma antropomorfo de musivaria en piedra verde, Sofía Martínez del Campo Lanz, pp. 80-84. Méxco-Tenochtitlán. El perfil prosódico de un templo verbal, Patrick Johansson K., pp. 85-93.