Edith Araceli Fernández Figueroa et al.
Los avances tecnológicos han llevado al hombre a investigar el ADN antiguo (ADNa), lo que ha permitido reconstruir la identidad genética de organismos extintos de plantas y animales, en particular de los seres humanos. Éste ha sido un desafío durante varias décadas y también es de gran importancia en diferentes campos de la ciencia.
Stephanie Dolenz et al.
El crecimiento acelerado del estudio de ADN antiguo (ADNa) nos ha ayudado a entender a nuestros ancestros, sus ambientes y los animales que habitaban en ellos. Aquí exploramos tres estudios que muestran su potencial para informarnos respecto a la salud humana moderna, la agricultura y los efectos del cambio climático. Mientras la investigación con ADNa se hace más común en los trópicos, resaltamos la necesidad de fomentar colaboraciones respetuosas con grupos de investigación de estas regiones históricamente excluidas.
Federico Sánchez Quinto
El vasto acervo paleontológico del país presenta una oportunidad única para abordar la trayectoria evolutiva de diferentes especies de megafauna desde la paleogenómica. La consolidación del campo permitirá que nuevas generaciones de científicos mexicanos continúen investigando la diversidad del país a lo largo del tiempo con implicaciones para múltiples disciplinas.
Aurelie Manin
El estudio de la diversidad biológica y del proceso de domesticación de los guajolotes mexicanos debe mucho al estudio de su ADN antiguo. La investigación permite diferenciar al menos dos fuentes distintas de domesticación, una en Estados Unidos y la otra en México, así como la translocación del guajolote fuera de su ámbito natural.
Marcela Sandoval Velasco
La domesticación de plantas, un proceso fundamental en la historia de la humanidad, ha transformado profundamente nuestras sociedades y ecosistemas. En Mesoamérica, región cuna de importantes civilizaciones antiguas, este proceso dio lugar a una rica diversidad de cultivos que siguen siendo esenciales para la alimentación global. La paleogenómica, un campo emergente que combina la genética con la arqueología, ofrece una herramienta poderosa para desentrañar los misterios de la domesticación de plantas en esta región.