Se trata de una etapa en la que la complejidad social alcanzaría altos niveles, principalmente con la cultura olmeca. En ese entonces cristalizan las tendencias en curso durante los más de mil años de la época previa. La estratificación social, el gobierno legitimado por ritos públicos y la cosmovisión, entre otros aspectos, adquieren las características esenciales que se encontrarán entre las sociedades mesoamericanas en adelante.