Ahuítzotl, “El espinoso del agua” (1486-1502)

Su nombre significa “el espinoso del agua” y alude a un animal fantástico. También se le traduce como “perro de agua”, principalmente por las características de su glifo formado por un mamífero asociado con una corriente de agua. No se tiene noticia cierta de su fecha de nacimiento, aunque se sabe que era menor que Tízoc. Fue nieto de Moctezuma Ilhuicamina. Su madre era hija de este tlatoani y su padre, Tezozómoc, hijo de Itzcóatl, el cuarto gobernante mexica. Era hermano de Axayácatl y de Tízoc, sus antecesores. Ahuítzotl fue padre de Cuauhtémoc, ultimo tlatoani de Tenochtitlan.

 

Considerado el jefe militar más destacado entre todos los tlatoque mexicas, Ahuítzotl fue no sólo capaz de llevar a Tenochtitlan a recuperarse de los tropiezos sufridos durante los reinados de Axayácatl y Tízoc, sino que tuvo la habilidad para llevar los dominios de la Triple Alianza a su máxima extensión histórica, llegando a las lejanas costas de Chiapas. Durante su reinado, Tenochtitlan vivió tiempos de esplendor y requirió de crecientes cantidades de tributos.

Aunque al parecer hubo dudas respecto a su elección como nuevo tlatoani , principalmente por su juventud, Ahuítzotl se convirtió a la larga en uno de los gobernantes más exitosos de Tenochtitlan. Desde un principio, Ahuítzotl tuvo claro que su papel era recuperar el poderío mexica, deteriorado durante el gobierno de Tízoc; de hecho algunas fuentes lo señalan como el instigador del complot que llevó a la muerte por envenenamiento a aquel señor. Al asumir el trono contaba con experiencia militar, y durante el reinado de Tízoc tuvo el cargo de tlacatécatl . Ahuítzotl fue, ante todo, un avezado líder militar que no dudaba en ponerse al frente de sus tropas para emprender una campaña.

A la par que sus ejércitos conquistaban territorios por buena parte de Mesoamérica, la vida en la corte era de un lujo sin precedentes. Asimismo, las demostraciones públicas del poderío mexica se hacían a una escala cada vez mayor. El Templo Mayor fue ampliado considerablemente y los rituales eran cada vez más ostentosos, incluyendo cantidades de sacrificados nunca antes vistas.

Los gastos asociados a esas actividades llegaron a ser tales que los tributos recabados eran insuficientes, y las actividades comerciales adquirieron cada vez más relevancia. Los pochtécah , antiguo gremio importante por ser la vía para la obtención de ciertos artículos de lujo y por su papel como espías en la preparación de campañas militares, fueron especialmente favorecidos por Ahuítzotl pues, además de esas actividades, comerciaban con mercancía proporcionada por el tlatoani.

Gracias a la innegable capacidad militar de Ahuítzotl, el imperio mexica logró recuperarse de los tropiezos sufridos durante los reinados de sus hermanos y se erigió como el poder dominante de su época, alcanzando la mayor extensión de su dominio. Las conquistas de Ahuítzotl fueron numerosas; sus campañas se dirigieron tanto a la reconquista de regiones sometidas por sus antecesores como a expandir los dominios de la Triple Alianza. Para ello realizó campañas que llegaron a las costas de Guerrero, Veracruz y principalmente el Soconusco, zona rica en bienes como cacao, piedras preciosas y plumas ricas. Hacia el occidente, con el fin de prevenir ataques del poderoso Estado tarasco, dispuso la fortificación de algunos poblados.

Ante el crecimiento de la ciudad y la necesidad de contar con un mayor suministro de agua, alrededor de 1500 d.C. mandó construir un acueducto para aprovechar los manantiales cercanos a Coyoacan. El asunto no terminó bien, pues la obra fue mal planeada y cuando se puso en funcionamiento la ciudad sufrió una grave inundación. Según algunas crónicas, al tratar de ponerse a salvo durante ese desastre Ahuítzotl sufrió un fuerte golpe en la cabeza que a la larga causaría su muerte en 1502 d.C.

Tomado de Enrique Vela, Arqueología Mexicana, Especial 40,  Los tlatoanis mexicas. La construcción de un imperio.