Dan a conocer hallazgos en una caverna del cenote Xlacah, en la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún

Durante las labores de limpieza y conservación ecológica en el cenote Xlacah, de la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, en el estado de Yucatán, se identificó una caverna lateral de pequeñas dimensiones donde se hallaron múltiples piedras careadas que debieron formar parte de las mamposterías de edificios prehispánicos, así como fragmentos de materiales cerámicos,  restos óseos humanos y huesos grandes de animales.

Uno de los objetivos principales fue la extracción de especies invasivas de peces que compiten con las endémicas de forma muy agresiva. Para ello fue necesario retirar gran parte del nenúfar que crece en el suelo del cenote, ya que dichas especies se esconden entre las hojas y raíces del nenúfar. También se aprovechó para retirar toda la basura que se había acumulado en el fondo del cenote y de la caverna principal, localizada en el costado oeste de la oquedad.  

En una de las últimas sesiones de limpieza, un buzo experimentado en la exploración de cuevas en la península de Yucatán, Erick Sosa, identificó en el costado noreste del cenote una pequeña entrada, cubierta de vegetación, a lo que fue una caverna lateral de pequeñas dimensiones. En la siguiente sesión, entraron a esta caverna otro buzo experimentado, Cristian Celun; un biólogo del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Luis Felaco, y el responsable de la zona, Ilan Vit.

En el interior de la caverna, identificada como una ampliación de la galería lateral que en algún momento debió rodear todo el fondo del cenote, se hallaron múltiples piedras careadas que debieron formar parte de las mamposterías de edificios prehispánicos sobre la superficie de un alud inclinado que forma el suelo de la caverna.

Sobre estas piedras se encuentran vestigios de materiales cerámicos prehispánicos, pudiéndose distinguir algunas ollas de tamaño medio, cajetes divergentes con policromía y fragmentos de cerámica utilitaria. También se hallaron restos óseos humanos y huesos grandes de animales, posiblemente del ganado que se alojaba en un corral contiguo al cenote, en tiempos novohispanos.

Indicó que otro detalle significativo es que sobre estos materiales arqueológicos se halla una línea de vida que utilizan los buzos para explorar cuevas y cavernas inundadas. Lo más interesante de esta línea es que en varios lugares está parcialmente sepultada por otras piedras que debieron haber rodado posteriormente sobre ella.

Los resultados de un par de investigaciones preliminares sugieren que el cenote Xlacah de Dzibilchaltún refleja diversos momentos de adecuación humana que corresponden a varios periodos históricos, desde la ocupación del sitio por un asentamiento maya de finales del Clásico, que llegó a contar con una población de 10,000 o 15,000 habitantes, hasta el presente, cuando el sitio se ha convertido en una zona arqueológica abierta al público, pasando por un asentamiento mediano del Posclásico, una hacienda ganadera novohispana y una hacienda henequenera del XIX.

 

Dirección de Medios de Comunicación (INAH)