Dos peces de la Cantera Tlayúa

Jesús Alvarado Ortega

La Cantera Tlayúa está ubicada al sur del estado de Puebla, dentro de la región Mixteca, a tan sólo dos kilómetros al noreste del zócalo de Tepexi de Rodríguez, es la primera localidad paleontológica de conservación extraordinaria o Konservat-Lagesttäte encontrada en México. Casualmente, esta localidad fue descubierta por lugareños, don Miguel Aranguthy Juárez y su esposa doña Matilde Contreras González, quienes buscaban un medio de mantener a su familia a partir de los escasos recursos naturales de sus tierras, ubicadas en una de las regiones más áridas de Puebla. En 1959, don Miguel decidió sacar provecho de la Barranca Tlayúa, en donde entonces ya se podían extraer rocas calizas planas o lajas, de unos cuantos centímetros de grosor, que por su buena resistencia y llamativas tonalidades rojizas podían ser utilizadas en la industria de la construcción como cantera en fachadas y pisos.

Los peces

Entre los peces de Tlayúa se encuentran las especies Teoichthys kallistos y Quetzalichthys perrillatae, nombres que significan “el pez más bonito de Dios” y “el pez emplumado de la Dra. Perrilliat”, respectivamente. Esos peces son los representantes más jóvenes conocidos de los ionoscopiformes, grupo que surgió en Europa durante el periodo Triásico de la era de los dinosaurios (el Mesozoico), cuando Pangea comenzaba a fragmentarse latitudinalmente en Gondwana y Laurasia, dando paso al mar de Tetis.

El hallazgo de esas dos especies en Tlayúa es significativo porque evidencia el reencuentro de dos sub-grupos ionoscopiformes al final de la apertura de Pangea en la región donde el mar de Tetis y el Proto-Pacífico se encontraron hace cerca de 150 millones de años. Mientras que las formas cercanas a Teoichthys sólo han sido encontradas en sitios ubicados en lo que fuera el borde norte del mar de Tetis, aquéllas más afines a Quetzalichthys han aparecido sólo en el borde sur.

Otros peces de Tlayúa permiten documentar de manera más precisa los procesos de diversificación y extinción de distintos grupos de organismos. Por un lado, y a pesar de que sólo un pez picnodontiforme de Tlayúa ha sido formalmente reconocido bajo el nombre de Tepexichthys aranguthyorum –o “el pez de Tepexi dedicado a la familia Aranguthy”–, en la localidad han sido encontrados al menos ocho especies picnodontiformes potencialmente nuevas. Tal número rebasa por mucho la diversidad previamente conocida en toda América, y por lo tanto el estudio formal de esa especie resulta crucial para entender a cabalidad la diversificación de los peces del Mesozoico, considerados por mucho tiempo formas especializadas para vivir en arrecifes. Por otro lado, la especie Tlayuamichin itztli, cuyo nombre hace referencia a un “pez de Tlayúa con las escamas del color de la obsidiana”, y uno de los últimos semionotiformes que vivieron en América del Norte, permite reconocer el patrón de extinción de esos peces, mismos que actualmente podrían estar representados por los pejelagartos.

 

Jesús Alvarado Ortega. Biólogo por la Facultad de Ciencias de la UNAM y doctor en ciencias biológicas por el Instituto de Geología de la UNAM; investigador en este mismo instituto. Especialista en peces fósiles de México.

 

Tomado de Alvarado Ortega, Jesús, “La Cantera de Tlayúa. Un sitio paleontológico extraordinario”, Arqueología Mexicana núm. 117, pp. 80-87.

 

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