Rebecca B. González Lauck
El complejo A de La Venta representa el ejemplo más elaborado de un recinto ceremonial de la civilización olmeca; refleja su alto grado de organización política, social, económica, ideológica y religiosa. Los hallazgos en ese conjunto arquitectónico –entre ellos cinco ofrendas masivas y más de 30 ofrendas con cerca de 3 000 objetos– marcaron la historia de la arqueología olmeca y nuestra concepción de lo olmeca en el sitio por casi medio siglo.
Desde hace más de medio siglo, el recinto ceremonial de la antigua ciudad olmeca en La Venta es conocido en la literatura arqueológica como Complejo A. Se trata del conjunto arquitectónico más ampliamente investigado y el más pequeño del sitio. En su última fase arquitectónica (700-600 a.C.) el Complejo A constaba de nueve plataformas construidas en su mayoría con tierra apisonada y dispuestas simétricamente –con una orientación de 8° al oeste– alrededor de dos pequeñas plazas o patios. Entre los hallazgos asociados a la arquitectura se encontraron cinco “ofrendas masivas”, únicas en el mundo prehispánico, y más de 30 ofrendas con cerca de 3 000 objetos –figurillas antropomorfas y zoomorfas, joyería, cinceles y hachas, entre otros– labrados en piedra verde y otros materiales, así como 15 esculturas de piedra.
Estos hallazgos marcaron ineludiblemente la historia de la arqueología olmeca y nuestra concepción de lo olmeca en La Venta por casi medio siglo. Este conjunto arquitectónico representa el ejemplo más elaborado de un recinto ceremonial de la civilización olmeca (1500-400 a. C.) y refleja el alto grado de organización política, social, económica, ideológica y religiosa de la civilización que lo creó. Hoy en día el visitante puede apreciar poco de ese impresionante recinto, debido a las severas alteraciones que experimentó entre 1950 y 1980.
En 1926, Frans Blom y Oliver La Farge, de la Universidad de Tulane, visitan La Venta y reportan una barda hecha de columnas de basalto y, dentro de ésta, una enorme escultura. Sin embargo, la mayor parte de la información sobre el Complejo A proviene de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo entre 1942 y 1943 por Philip Dru-cker y Waldo Wedel, bajo la dirección de Matthew Stirling, del Instituto Smithsoniano, al igual que de las realizadas en 1955 bajo la dirección de Drucker, en colaboración con Robert Heizer y Robert Squier, de la Universidad de California en Berkeley.
Este conjunto arquitectónico –que abarcó alrededor de dos hectáreas– ocupa un lugar preeminente dentro de la ciudad por su cercanía al principal basamento piramidal (Complejo C). A la sombra de este gran edificio, el Complejo A fue construido a lo largo de cuatro siglos (1000-600 a.C.). Lo que se apreciaba en su última fase constructiva eran las dos pequeñas plazas mencionadas anteriormente. El patio sur, que colindaba con el Complejo C, albergaba tres plataformas (A-3, A-4 y A-5); dos de éstas eran de planta rectangular y estaban dispuestas paralelamente, y entre ambas –hacia el extremo norte y cerrando la plaza– se encontraba la tercera plataforma (A-3). Las plataformas A-4 y A-5 medían más de 85 m de largo, 16 m de ancho y más de 2 m de altura, mientras que el edificio A-3 tenía 32 m en su eje norte-sur, 24 m en su eje este-oeste y una altura de más de 2 m.
González Lauck, Rebecca B., “El Complejo A. La Venta, Tabasco”, Arqueología Mexicana núm. 87, pp. 49-54.
• Rebecca B. González Lauck. Investigadora del Centro inah Tabasco y responsable del Proyecto Arqueológico La Venta. Antropóloga por la Universidad de Tulane y doctora en antropología por la Universidad de California en Berkeley.
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