[...] En el mercado de Tlatelolco se advierte el goce por no omitir detalle, de la misma manera que en la descripción minuciosa de Bernal Díaz del Castillo, elocuente, además, acerca de la magnitud que debió de tener el comercio en el mundo prehispánico. [...]
También en el comercio precolombino, actividad indispensable del hombre prehispánico para adquirir y distribuir los productos de su trabajo, hay elementos valiosos para comprender las implicaciones de esa actividad en el ámbito cultural.
En las grisallas de la parte baja del mercado hay sembradores de maíz; recolectores de chile, tomate, calabaza, papa, camote y frijol; pizcadores de algodón; hilanderas y tejedoras; descortezadoras de amate; fabricantes de papel y curanderos. Todas son actividades y trabajos de la vida diaria, de los cuales se dan distintas versiones en los otros paños del corredor de que se trata. [...]
Beatriz de la Fuente, en Diego Rivera hoy, 1986, p. 95
Tomado de Arqueología Mexicana, Especial 47, Diego Rivera y la arqueología Mexicana.