Se trata del periodo más antiguo de la historia de México. En este dilatado lapso llegaron a territorio nacional los primeros pobladores, los que paulatinamente fueron ocupando distintas zonas y desarrollando las prácticas culturales que les permitieron una cada vez mejor adaptación a las diversas condiciones ambientales.
La Etapa Lítica ha sido dividida en cuatro grandes periodos. El más antiguo es el Arqueolítico (30000-9500 a.C.). En ese entonces se utilizaban instrumentos cuyas características indican una incipiente destreza tecnológica y, en vista de la casi total ausencia de puntas de proyectil, un uso orientado más que nada a la recolección y procesamiento de vegetales y al aprovechamiento de pequeños animales.
El Cenolítico Inferior (9500 -7000 a.C.) se caracterizó por un fuerte cambio climático y la consecuente transformación en las pautas de aprovechamiento del medio y, posiblemente, hasta en las maneras en que se organizaban los grupos.
Otro elemento notable de este periodo es el desarrollo de mejores técnicas para la elaboración de instrumentos, lo que redundó en una mayor variedad y en una gran eficiencia. Así, aunque la recolección siguió siendo una actividad importante, la caza se convirtió en un componente esencial del sistema de obtención de recursos.
El Cenolítico Superior (7000-2500 a.C.) es un periodo en el que la organización y las pautas de subsistencia seguían siendo las propias de grupos nómadas de cazadores-recolectores. Para esta época la llamada megafauna, como el mamut y el mastodonte, se había extinguido, por lo que de nuevo la recolección fue la vía primordial para satisfacer la mayor parte de los requerimientos alimenticios, los que se completaban con los productos de la caza de ciertas especies menores.
El Protoneolítico (5000-2500 a. C.) fue un periodo en el que en ciertas zonas se dio el desarrollo de la agricultura y se empezaron a fabricar objetos asociados al procesamiento de plantas, como muelas y morteros.
Poblamiento americano
Aunque existen diversas teorías respecto al poblamiento de América, la más aceptada es la que propone que fue producto de migraciones de grupos nómadas originarios de Asia, los cuales cruzaron al continente americano por el estrecho de Bering, aprovechando las condiciones creadas por glaciaciones ocurridas hace decenas de miles de años. El descenso de las aguas habría creado una extensa franja de tierra firme, que hizo posible el tránsito paulatino de grupos de esa región al norte del continente americano. También de manera lenta pero constante la presencia humana, cuya fecha más antigua rebasa los 40 000 años, se extendió por el resto del continente y hace 11 000 años ya había alcanzado el extremo sur.
Medio ambiente
Desde la llegada de los primeros pobladores a México, el medio ambiente ha sido un elemento importante en el desarrollo de las sociedades. A partir de las posibilidades que ofrecía, los grupos humanos implementaron estrategias para explotarlo de la mejor manera posible. De hecho, el entorno natural es uno de los factores clave en la distribución de las poblaciones, y éstas, salvo que se trate de grupos nómadas o que enfrenten situaciones de conflicto, tienden a ubicarse en lugares cercanos a fuentes de agua y con tierras aptas para el cultivo. Otro rasgo de la naturaleza que influyó en las pautas de ocupación del territorio en la época prehispánica fue la disponibilidad de materias primas, como la obsidiana.
Enrique Vela. Arqueólogo por la ENAH, editor, desde hace 30 años trabaja en el ramo editorial.
Vela, Enrique, “Etapa Lítica (30000-2500 a.C.)”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 34, pp. 9-13.