Tlaxcallan llegó a tener una forma de gobierno compartida, similar al de una república formada por la unión de varios altepemeh multiétnicos. Gracias a esta estrategia, los tlaxcaltecas pudieron defenderse exitosamente de la expansión del imperio mexica. La ideología centrada en la colectividad, en la que se privilegió una mayor promoción de puestos de poder mediante méritos de guerra, permitió una mayor credibilidad y confianza de la población respecto del aparato gobernante. Esta forma relativamente equitativa de compartir el poder entre muchos líderes, e incluir a una variedad de grupos étnicos, como los otomíes de la frontera norte, sirvió para organizar eficazmente al aparato militar tlaxcalteca y fortalecer su independencia.
Tomado de Aurelio López Corral, Lane F. Fargher, Ramón Santacruz Cano, “La república de Tlaxcallan“, Arqueología Mexicana núm. 139, pp. 42 - 53.