Geología de la turquesa

Ricardo Sánchez Hernández

La turquesa es una piedra preciosa que se utilizó ampliamente en las labores de lapidaria en Mesoamérica en la época prehispánica. Sin embargo, en esta zona no hay yacimientos de dicho mineral, por lo cual debió importarse de una región que se encuentra a más de 2 000 km de distancia, donde se dieron las condiciones geológicas para su formación.

 

La turquesa es un mineral que desde la antigüedad ha sido valorada como piedra preciosa, y por su color azul cielo se le han atribuido virtudes sobrenaturales, poderes mágicos, significados espirituales y religiosos. Asimismo, se le ha usado en la elaboración de objetos que denotan poder, riqueza o sacralidad. El nombre de turquesa se le dio durante la Edad Media, y hacía referencia al lugar que proveía a Europa de este mineral: Turquía; sin embargo es un hecho que ahí no hay yacimientos de turquesa. A nivel mundial los ejemplos más antiguos de su aprovechamiento como piedra ornamental son de antes de la primera dinastía egipcia, cuando se explotaron los yacimientos de la península del Sinaí.

Por fray Bernardino de Sahagún sabemos que en Mesoamérica, en la época prehispánica, la turquesa era conocida como… “Teuxíhuitl quiere decir ‘turquesa de los dioses’, la cual a ninguno era lícito tenerla o usarla, sino que había destar o ofrecida o aplicada a los dioses. Es turquesa fina y sin ninguna mácula, y muy lucia. Son raras estas piedras preciosas. Tráenlas de lexos” (Sahagún, 2000, t. 3, p. 1120). En algunas partes de esta región cultural fue utilizada principalmente en la elaboración de mosaicos y en otras fue aprovechada esencialmente para la elaboración de ornamentos.

Su escasez se debe a que para su formación se requieren condiciones geológicas muy específicas, que sólo ocurren en ciertos lugares. Por su origen no toda la turquesa de un yacimiento presenta el mismo color, textura y dureza, lo cual influye en su valor, ya que su apreciación está en función de su color y pureza.

 

Mineralogía

La turquesa es un mineral que se caracteriza por cristalizar en el sistema triclínico, es un fosfato hidratado de aluminio y cobre [CuAl6(PO4)4(OH)8·4H2O] y presenta una amplia gama de colores: azul claro, el característico azul cielo (azul turquesa), azul oscuro, azul verdoso, verde claro, verde amarillento, verde manzana y verde grisáceo; su dureza va de 5 a 6 de acuerdo con la escala de Mohs, aunque hay ejemplares que presentan menor dureza; su peso específico va de 2.6 a 2.9; su lustre es ceroso o porcelanáceo mate; su fractura varía de concoidal a lisa. Por lo general sus cristales son muy pequeños (criptocristales) y no se pueden observar a simple vista e inclusive con el microscopio óptico; se presenta en forma de nódulos y vetillas constituidos por agregados masivos criptocristalinos; los cristales prismáticos con mayor tamaño son raros y sólo se han encontrado en pocos yacimientos, por ejemplo en estación Lynch, condado de Campbell, Virginia, Estados Unidos.

 

Yacimientos

En el territorio que comprende el área cultural conocida como Mesoamérica no existen yacimientos de turquesa, y la que se usó para elaborar los mosaicos y los ornamentos encontrados en diversos sitios arqueológicos provino de algunos de los yacimientos que se encuentran en el Suroeste de Estados Unidos de América y el noroeste de México, en la región cultural llamada Oasisamérica, que geológicamente se conoce como Provincia Porfídica del Suroeste. Esta provincia se caracteriza por tener numerosos e importantes yacimientos de cobre alojados en rocas ígneas porfídicas, por lo que reciben el nombre de cobres porfídicos, y a los cuales están asociados genéticamente los yacimientos de turquesa que se encuentran en los estados de Nuevo México, Colorado, Arizona, Utah, California y Nevada, así como en los estados mexicanos de Baja California y Sonora, y fuera de la provincia, también en Zacatecas, en la región cultural llamada Aridamérica. Es importante mencionar que la explotación de la turquesa en muchas de esas minas es relativamente reciente, ya que su inicio se dio en el siglo XX o cuando más temprano en el siglo XIX. Las minas localizadas en territorio norteamericano con evidencias de haber sido explotadas en la época prehispánica son, en primer lugar, las del distrito minero de Cerrillos, en el condado de Santa Fe, Nuevo México, específicamente en las localidades de Turquois Hill y Mount Chalchihuitl, donde la actividad minera fue intensiva, sobre todo en esta última, ya que es la mina que presenta las mayores evidencias de explotación en la antigüedad en esa región. Otras minas donde se han encontrado evidencias de explotación de turquesa en la época prehispánica son: 1) Burro Mountains y Little Hachita Mountains, condado Grant, Nuevo México; 2) California, condado de San Bernardino; 3) Colorado, condado de Conejos, y 4) Nevada, condados de Clark y Lincoln. En territorio mexicano los yacimientos de turquesa son escasos y se desconoce si existieron evidencias de su explotación en tiempos prehispánicos, los más importantes son: Cananea, municipio del mismo nombre, y La Caridad, municipio de Nacozari de García, Sonora; mina Evans, este de Ensenada, Baja California. Además están los depósitos de la parte noreste de Zacatecas: Concepción del Oro, municipio del mismo nombre, y Mazapil y Bonanza, municipio de Mazapil.

 

Ricardo Sánchez Hernández. Ingeniero geólogo por el Instituto Politécnico Nacional. Investigador de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, especializado en el estudio petrográfico y mineralógico de la lítica arqueológica mesoamericana.

 

Sánchez Hernández, Ricardo, “Geología de la turquesa”, Arqueología Mexicana núm. 141, pp. 39-43.

 

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