Hablemos del Posclásico Tardío

Felipe Solís

Posclásico Tardío (1200/1300-1521 d.C.). Tiempo Mesoamericano VIII

La mayoría de los especialistas sobre el México antiguo consideran que, a finales del siglo XII de nuestra era, en gran parte del territorio mesoamericano ocurrió un proceso de cambios profundos en todos los ámbitos. Éstos dieron lugar a la desintegración del antiguo orden político y social y propiciaron el surgimiento de grandes estados, como el de los mexicas, con su ciudad capital México-Tenochtitlan, y el de los purépechas, asentados en Tzintzuntzan, quienes se enfrentaron para obtener la supremacía y dominio de las regiones central y occidental de la gran Mesoamérica. Mientras, en otras regiones, como la Huasteca, el Totonacapan y la Mixteca, existían estados menores en constante lucha interna. En contraste, el mundo maya de esa época se encontraba en un proceso que los especialistas definen como la declinación o decadencia de esta antigua cultura, la cual había tenido su florecimiento terminal durante el Posclásico Temprano en la península yucateca, específicamente en la región que estuvo en contacto con Chichén Itzá y Mayapán.

El Posclásico Tardío se caracteriza por los numerosos textos históricos en los que se relatan los sucesos ocurridos en los últimos 300 años de historia indígena, anteriores a la conquista europea. Los que se salvaron de la destrucción han sido conocidos como códices; están elaborados en papel amate o en piel de venado y se distinguen porque en ellos se utilizó la tradicional escritura pictográfica prehispánica. Otro grupo de documentos –en los que se utilizó la escritura fonética–, el más abundante, fue hecho después del dominio español; están escritos en castellano o latín, o bien en cualquiera de las lenguas nativas. Por esta razón, varios estudiosos del México antiguo consideran que el Posclásico Tardío debería cambiar su nombre por el de “Época Histórica”.

De este periodo se conocen algunos de los patrones de asentamiento de las principales ciudades indígenas, especialmente de la gran capital de los mexicas. Asimismo, se posee abundante información sobre las características constructivas de sus edificaciones, a lo cual se suman los relatos de los cronistas, quienes nos proporcionan una completa e invaluable descripción del universo político, económico y social de aquellas comunidades que se destacaron por su dominio militar.

Imágenes: Izquierda: En este pectoral, elaborado con mosaico de turquesa y oro, se sintetizan algunas de las características del Posclásico Tardío: el desarrollo de las técnicas metalúrgicas; el comercio de productos como la turquesa, y el militarismo, ya que se trata de la representación de un escudo. Derecha: Cabeza de guerrero coyote. Proviene de El Corral, Tula, Hidalgo. Aunque la pieza pertenece al Posclásico Temprano, es prueba de la trascendencia del militarismo en el Posclásico. Concha nácar sobre cerámica plomiza. Museo Nacional de Antropología. Fotos: Marco Antonio Pacheco / Raíces.

Felipe Solís (1944-2009). Arqueólogo por la ENAH y maestro en ciencias antropológicas por la UNAM. Candidato al doctorado en estudios mesoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras y catedrático de la misma facultad. Desde 1972 fue investigador-curador de las colecciones mexicas del MNA y de 1990-2000 subdirector de Arqueología de la misma institución y posteriormente director del mismo hasta su fallecimiento.

Solís, Felipe, “Posclásico Tardío (1200/1300-1521 d.C.). Tiempo Mesoamericano VIII”, Arqueología Mexicana, núm. 50, pp. 20-29.

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