Hallazgo de evidencias precerámicas

En Santa Lucía, Estado de México

Por: Rubén Manzanilla López, Lauro González Quintero, Antonio Flores Díaz, Patricia Dolores Cázares Rodríguez y Jorge Arturo Talavera González

 

La investigación del proyecto de salvamento arqueológico en Santa Lucía se encuentra en diversas etapas de avance y, por ahora, en este trabajo se dan a conocer inicialmente dos hallazgos: el esqueleto de un joven depositado justo en la parte media de la unidad estratigráfica IV, a la misma profundidad que los restos de un muy cercano mamut colombino, y una mazorca mineralizada, ejemplar excepcional por diferentes motivos.

La Cuenca de México ha ofrecido numerosos vestigios de mamutes colombinos, que en relatos de los pueblos autóctonos se identificaban como gigantes primigenios. En este trabajo nos referimos a dos hallazgos relevantes en terrenos de la ex hacienda de Santa Lucía, en el municipio mexiquense de Zumpango, donde se construyó el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), en las riberas del evaporado lago Xaltocan, donde diversas excavaciones realizadas por personal del Departamento de Prehistoria (Lorenzo y Mirambell, 1986) y la Dirección de Salvamento Arqueológico (Manzanilla, 2022) ofrecieron testimonios de la presencia de diversos animales del Pleistoceno Tardío y asentamientos arqueológicos, pero también indicios del poblamiento temprano de la Cuenca de México.

Al presente trabajo concierne exponer la estratigrafía general de la zona, su cronología y su significado paleoclimatológico; además de precisar en la estratigrafía el hallazgo de una mazorca mineralizada formada por hileras de teocintle y un entierro humano, ambos presumiblemente de fines del Pleistoceno e inicios del Holoceno.

Estratigrafía y cronología
En el proyecto de salvamento arqueológico en el AIFA se determinaron diversas unidades estratigráficas de interés arqueológico. De acuerdo con los fechamientos de C14 de los setenta del siglo pasado (23900 + 600 y 26300 + 300) en el sitio denominado Santa Lucía I, los depósitos del Pleistoceno Tardío en Santa Lucía comenzaron a formarse hace 40000 años; las fechas recientes del Laboratorio de Espectrometría de Masas con Aceleradores del Instituto de Física de la unam (Rodríguez, 2022), en tiempo calibrado, datan de entre 27858-27491 cal. a.p. y 16962-16567 cal. a.p.

Este proceso continuó hasta 11700 + 1650 a.p., de acuerdo con el fechamiento obtenido en 1980 para el sitio Santa Lucía II. En el transcurso de este tiempo, la cuenca del lago ahora llamado de Xaltocan se desecó progresivamente, cómo se indica a continuación.

Al inicio del Último Máximo Glacial, los sedimentos correspondientes con estratos de textura limosa de tonalidad gris verdoso claro (popularmente llamados “jaboncillos”), aquí los denominamos capa IV Solonchak, que tienen un mayor contenido de sales solubles que pueden llegar a formar tequesquite y arcillas expandibles (montmorillonita) identificadas en el microscopio electrónico, y la capa V Solonetz, con mayor contenido de sodio adherido a las arcillas expandibles, por lo que forma estructuras columnares; ambas contienen numerosos restos óseos de mamut y otros animales del Pleistoceno Tardío, y son testimonio de condiciones de pantano. Sobreyace a los depósitos fangosos una capa limosa, muy fina y blanca, llamada capa III, que, aunque es parte del desecamiento lacustre, revela la persistencia de cuerpos de agua someros y discontinuos (Flores y Cazares, 2022), con suelos de tipo Gleysol (suelos fangosos e inundables propios de las depresiones lacustres), y muestra un proceso de lavado por el movimiento del nivel freático, estrato que no contiene restos del Pleistoceno, aunque llega a cubrir algunos de ellos.

En tiempos más recientes, hace unos 3000 años, al secarse casi por completo el lago, se formaron suelos superficiales grises de carácter salino, de tipo Vertisol, caracterizados por el abundante crecimiento de pastizales halófitos. En estos estratos se encontraron evidencias de ocupaciones prehispánicas de entre 600 y 900 d. C.

La capa superficial reciente, o capa I, es un aluvión de poco espesor, pero en Zumpango alcanza los 70-90 cm de grosor; tiene pequeñas depresiones que forman lagunetas en donde abunda la vegetación y crece pasto halófito.